El mes de enero se ha sentido más largo que la Cuaresma en el mundo político mexicano… pregúntenle a los muchachos y muchachas de Pemex. En medio de una crisis huachicolera, de que no se dan abasto —literal— con las gasolinas en algunos estados y que la información que proporciona el Gobierno no ha sido la más clara, esta semana resulta que la empresa “insignia” de hidrocarburos mexicanos salió reprobada en una calificadora internacional. 

La agencia calificadora Fitch Ratings le bajó dos escalones la calificación a los bonos de Pemex y ahora ya están en “perspectiva negativa”. Eso los deja al borde de perder el título de inversión. De acuerdo a El Financiero, los bonos de Petróleos Mexicanos están mal parados en el mundo bursátil, siendo considerados “bonos basura”.

Fiel a su imperturbable y analítico estilo, la respuesta de Andrés Manuel López Obrador fue decir que los malvados calificadores son hipócritas y charlatanes.

Además de los poco útiles calificativos, en estos momentos es importante entender qué es lo que está pasando aquí antes de agarrar uno y otro bando. Aprender un poco más de estos ratings financieros antes de pelearse en redes sociales y, sobre todo, conocer un poco más sobre las implicaciones que puede tener esta calificación para el futuro de Pemex y la economía nacional.

¿Qué calificación le pusieron a Pemex?

Pemex bajó su nota de escala internacional en moneda extranjera de BBB+ a BBB- y, en lo que respecta a la escala en moneda nacional, pasó de AAA a AA. En una calificación individual —o sea, que no tiene el apoyo del Gobierno— Pemex pasó de tener una B- a estar calificado como CCC, que es lo que se considera como “bono basura”.

¡Uy, cuántas letras! ¿Me preocupo? 

Es importante aclarar que estas calificaciones, aunque enredadas y poco alentadoras, no significan que Pemex vaya a irse a la quiebra el próximo martes. Es más, Pemex mantuvo la calificación necesaria para que no le quitaran el grado de inversión. Técnicamente, Petróleos Mexicanos ni siquiera reprobó… pero —como mencionaba Enrique Quintana— pasaron “de panzazo”.

Eso sí, Fitch Ratings dice que la perspectiva es negativa, o sea que si la tendencia sigue como va a la siguiente sí los reprueban.

¿Y por qué calificaron tan mal?

Como señora que va a la junta escolar a reclamar a grito pelado porque reprobaron a su bendición, es necesario recibir explicaciones detrás de esta mala calificación que le pusieron a la actual administración de Pemex. En pocas palabras, los bailaron por la poca inversión, por los flujos negativos y porque apenas van a trabajar para intentar —palabra clave— detener la caída de producción. 

De acuerdo a Enrique Quintana, en su imperdible columna de este miércoles en El Financiero, explica que el Gobierno ha tenido “una reacción lenta para fortalecer su perfil crediticio”.

Según Fitch Ratings, Pemex tendría que recibir entre 9 mil y 14 mil millones de dólares para poder estabilizar la caída en la producción y eso, según ellos, se vuelve complicado porque la empresa tiene una tradición de “distribución excesiva de fondos al gobierno mexicano”. En español: se produce poquito y los recursos/ganancias se van a las arcas del Estado y no a la reinversión.

¿Qué implicaciones tiene?

Según esto, la Secretaría de Hacienda ya esperaba recibir una calificación por el estilo. El subdirector de Hacienda, Arturo Herrera, declaraba que no estaban sorprendidos por el asunto: “Teníamos claro cuando veníamos observando el desarrollo de Pemex y fue motivo de conversaciones en el periodo de transición; para nadie esto fue sorpresivo”, explicaba. Entonces, no es como que los agarraron en curva y sí hay cosas que hacer para enmendar el camino.

Andrés Manuel López Obrador mencionaba que las calificaciones de estos organismos no son infalibles. Por ejemplo, mencionaba que ellos no han tomado en cuenta “la variable” de los robos de combustible o la intervención de su gobierno que “está recuperando el control de Pemex”.

A favor o en contra de la calificación que Fitch Ratings hizo pública, lo importante acá es que para las futuras revisiones, Pemex no pierda más calificaciones pues eso significaría que perderán el grado de inversión y ahí sí agárrense.

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