Seguramente alguna vez te has preguntado: ¿por qué todos los superhéroes aparecen en Estados Unidos?, ¿qué hay ahí que atrae a todas las naves espaciales, a todos los accidentes nucleares y a todas las invasiones alienígenas? El escritor Mark Miller Millar se preguntó lo mismo y decidió dar un giro completo a la historia de Superman: ¿qué pasaría si en lugar de que su nave cayera en Kansas, hubiera caído en Ucrania?
Superman: Red Son (Superman: hijo rojo) es el resultado de la interesante premisa de Miller Millar. A ello hay que sumarle los excelentes dibujos de Dave Johnson, que con mucho acierto recuerdan la propaganda de la URSS en los años de la Guerra Fría.
Lo primero que uno piensa cuando ve a un icono capitalista, como Superman, convertido en “rojo” es que se trata de un comic meramente publicitario. Es decir, uno espera que la moraleja de Red Son sea: “qué bueno que el capitalismo triunfó”; pero no es así. El guión de Miller Millar es lo suficientemente inteligente como para evitar tomar partido. No se trata ni de un canto autocomplaciente para el american way of life, ni de un himno de militancia comunista.
Esta entrega de Superman plantea un mundo complejo, en donde las doctrinas económicas muestran que detrás de los discursos por “la libertad” o “la igualdad” se encuentra la simple hambre de poder. Al puro estilo orwelliano, Miller Millar nos muestra un mundo alterno en donde la utopía comunista se ha convertido en una pesadilla de control mental. No sólo eso, después de la caída del imperio de la URSS, el sueño capitalista se transforma en un mundo autocomplaciente, incapaz de crítica y víctima de su propio pensamiento conformista.
Uno de los aspectos más interesantes de este trabajo es la aparición de otros personajes del universo DC. Todos y cada uno de ellos están bien integrados a la historia: no sobra ninguno y sus apariciones son acertadas. Entre ellos se encuentra una Wonder Woman víctima de los delirios de poder de Superman; un Green Lantern con un lavado de cerebro del gobierno estadounidense; y hasta una Louis Lane, esposa de Luthor, que nos regala el momento cursi cuando se pregunta “¿qué pasaría si me enamoro del superhombre soviético?”. Sin embargo, la aparición más atractiva es, sin duda, la de Batman, un anarquista líder de la resistencia interna de la URSS que le hará ver su suerte al Dictador Rojo de Acero.
En pocas palabras, Superman: Red Son nos muestra que no importa el lado de la balanza en donde nos coloquemos, demasiado poder concentrado nos conduce a la esclavitud. Superman siempre terminará siendo un tirano simplemente porque tiene demasiado poder. Por ello, algunos consideran que ésta es una de las mejores historias de Superman.