Aplicando las de Homero Simpson, este empleado de la construcción alega que las imágenes que les presentamos fueron captadas durante su primer día de trabajo, razón por la que aun no le agarraba la onda al armatoste que le tocó operar, y por eso de forma involuntaria –eso creemos- se catapultó para salir volando.
Afortunadamente el sujeto en cuestión salió ileso… físicamente, ya que la reputación de la que se ha de haber hecho al protagonizar incidente tan jocoso, con seguridad no lo dejó bien parado.
Todo esto nos deja como valiosa lección que, en caso de no saber operar maquinaria (por muy sencillo que parezca) es mejor desconfiar de nuestro instinto y preguntar… aunque también se puede alegar que la máquina le jugó una mala pasada y brincó de más al bajar el escalón, en todo caso conviene agarrarse firme cuando se manejen toneladas.