Hace ya un par de años, precisamente en octubre de 2010, les presentamos el proyecto de la fotógrafa Sally Davies , el cual consistía en comprar una hamburguesa de una de las cadenas de comida rápida más famosas del mundo y dejarla en su mesa por días a ver qué le sucedía.
Sally Davies nombró a este trabajo “HappyMeal Project” en honor al menú infantil que vende este restaurante y, día con día, ha retratado la evolución -si se puede decir así- de este combo que muchos piden a la hora de comer.
La primera fase (digámoslo así) de éste, constó en tomarle varias fotografías a los 137 días de haberla dejado en la mesa. Uno supondría que se echaría a perder, como toda la comida normal, pero… para sorpresa de muchos y de otros no tanto, la hamburguesa y las papas no cambiaron mucho su forma original.
Bueno, pues la segunda fase llegó hasta que el proyecto llegó a los 524 días y ¿se imaginan cómo se habrá puesto la comida? Pues así:
Ahora, el pasado 5 de enero de este nuevo año, el proyecto cumplió 1000 días y en total ya lleva 1004. Y de igual forma, le tomó una fotografía para darle continuación al plan:
Hasta ahora, lo único que ha cambiado es que se ha secado y se ha cuarteado un poco; mientras que la ¿carne? de la hamburguesa, tras los primeros días, quedó como roca y se encogió un poco. Las patatas fritas tienen casi el mismo aspecto. Esto indicaría las nulas cualidades nutricionales que puede tener un alimento que no se pudre ni se corrompe con el paso del tiempo.
El proyecto todavía no concluirá, veremos hasta cuántos días llegará el “Happy Meal Project”.
¿Qué les parece?
Si esa “carne” no se pudre… ¿qué será?