Ellos se dicen pisoteados. Los dirigentes los creen incompetentes. Nosotros únicamente nos dedicamos a juzgarlos y a aventarles una que otra silbatina si no nos parece correcto lo que hacen en contra de nuestros equipos, pero ¿qué es lo que realmente está pasando en este momento en México con el gremio arbitral?
***Actualización***
Después de horas y horas de reunión entre el gremio y los dirigentes del futbol mexicano, por fin se llegó a un acuerdo entre ambas partes y parece que todos quedaron contentos.
Entre las soluciones que se dieron y que evitaron que explotara la huelga para la fecha 16 de la Liga Bancomer MX, se aseguraron mejoras en los salarios, en las mejoras a las diversas categorías y el nombramiento de Edgardo Codesal como Director del Área Técnica.
Que si son puestos en cierto partido por un ordenador, que hacen viajes casi inhumanos y en guajolojets en las madrugadas y que hasta trabajan por sueldos paupérrimos, son algunas de las demandas que los jueces le han hecho ya a la Federación Mexicana de Futbol, situación que de no componerse terminará en una huelga para la fecha 16.
¿Dónde empezó todo?
El principal objetivo de las críticas ha sido Francisco Ramírez quien, según miembros del gremio, acusó al árbitro Luis Enrique Santander de errar de manera premeditada en el partido de la jornada 14 entre el Toluca y León, hace un par de semanas. Ahí explotó la bomba, ya que según la Comisión de Árbitros, les están tendiendo la cama.
Ante dicha situación, el magistrado presentó su inconformidad ante la FMF en donde acusan a Ramírez y plantean sus quejas de cara al final del torneo regular, situación que de no solucionarse como ellos la esperan, desataría una huelga indefinida.
Ya piensan en su independencia
Los árbitros ya han pensado en crear su propio grupo, en no dejarse mangonear por una Comisión la cual desde tiempos memorables los ha tenido como sus títeres y esta semana se reunieron con Justino Compeán, quien al parecer no les dio una solución tangible, por lo que han decidido “tomar las armas” y luchar con sus propias garras.
Alegan que se pondera el poder de los clubes sobre las decisiones que ellos pudieran tomar tanto dentro como fuera del terreno de juego, los cambios casi obligatorios de lugar de residencia para estar en el D.F., y de ahí trasladarse a donde se les solicite, así como otras situaciones que suceden en divisiones inferiores y que no salen a la luz.
¿Más lana por cada refrescada?
Estudios constantes, mantener un buen estado físico, y soportar el indigno trato que muchos sufren (hasta mentadas sabatinas de los aficionados) tienen un precio: entre 65 y 70 mil pesos al mes es un aproximado de lo que gana un juez, cosa que piden cambie para solventar diferentes situaciones. ¿Es justo poniéndolo en proporción con lo que gana un futbolista?
Siempre es lo mismo
Roberto García, Paul Delgadillo, Francisco Chacón, Marvin Torrentera, José Luis Camargo y Alejandro Ayala, fueron quienes pusieron la cara a pesar de que la solución no ha llegado. Se les acusa de “maletas”, pero la realidad es que ellos sólo reciben órdenes, se les hacen llamadas, se les asigna a juegos “favorecedores” para cierto club y hasta se les hacen desaparecidas cédulas.
En su momento Armando Archundia intentó una historia similar dentro del futbol mexicano, pero todo se apaciguó cuando los federativos entraron al quite. Parece que hoy no será muy diferente, se dan patadas de ahogado luego de dejarse pisotear tanto tiempo y ahora, como por arte de magia, de pronto todos están inconformes.