Los mejores materiales. Las telas más exclusivas. Los diseñadores más reconocidos a precios exhorbitantes. Pero nada de logos, por favor. Quítale todos los icónicos estampados. Aléjate de los colores brillantes y por supuesto, que jamás se aparezca una estampa o un bordado con la marca.
Esa es la tendencia del Quiet Luxury que está sacudiendo el mundo de la moda.
El Quiet Luxury es la palabra del año y el mentado hashtag que atasca nuestro Instagram. Es la nueva tendencia en las series de televisión, en los aparadores y en las tiendas de ropa en línea. Pero lo más interesante de todo es que el Quiet Luxury es, también, una pésima noticia; la moda de los millonarios —o quienes buscan parecerlo— advierte una crisis económica.
Aunque está lejos de ser una ciencia exacta, los movimientos culturales, como la ropa que usamos, son una ventana a los tiempos que se avecinan.
Desde la Revolución Francesa, pasando por la Industrialización del Siglo XX y llegando a la recordada crisis de 2008, la estrafalaria moda de los millonarios se apaga cuando llegan las épocas de vacas flacas. ¿Será que la llegada del Quiet Luxury nos advierte de una crisis económica?
Primero, ¿qué cuernos es el Quiet Luxury?
Pues como lo decíamos al principio, el Quiet Luxury —o Lujo Silencioso, si quisiéramos traducirlo— es la nueva tendencia en el mundo de la moda. Es un movimiento estético que, principalmente, ha cambiado la manera en que los millonarios se visten.
Se le conoce también como Wealth Whispers —la Riqueza Susurra— o, en algunos rincones de internet, como el movimiento IYKYK por “If You Know You Know” —el acrónimo en inglés de: “Si sabes, sabes”.
Aunque es difícil de describir, podríamos decirles que la principal característica de la moda Quiet Luxury es la discreción. El silencio de la alta costura.
La moda del Quiet Luxury involucra artículos de la más alta calidad posible, con los materiales más exquisitos a precios exhorbitantes. La mayoría de los colores son poco brillantes, nada notorios. Por supuesto, el detalle más distinguible es que elimina los logos o los estampados.
Eso significa que no hay cinturones dorados que digan Gucci. Olvídense del clásico estampado de Burberry, la suela roja o los logos del Licenciado Valeriano.
“Olvídate de toda la ropa que grite: ‘pagué mucho dinero por ella'”, explicaba la periodista Emma Childs, en la revista Marie Claire. “Mejor piensa en ropa que susurre. Suéteres de cachemira, camisas de seda o abrigos de lana en tonos neutrales y materiales costosos”.
Ahora, claro, no estaríamos hablando del Quiet Luxury sin hablar de su extraña popularidad. Esta tendencia en el mundo de la moda se ha vuelto súper conocida gracias a sus esporádicas y millonarias apariciones en los medios de comunicación.
Gwyneth Paltrow y ‘Succession’ en la cima del Quiet Luxury
La idea del Quiet Luxury llegó a nuestras pantallas, en parte, gracias a las apariciones de Gwyneth Paltrow en un extraño juicio que tuvo tras un accidente de esquí. Vean esta foto:
Se ve bastante casual, ¿no? Pues no. Tanto el abrigo de lana verde, como el suéter de cachemira blanco son de la marca de lujo The Row —creada por las gemelas Olsen. Se estima que esas dos piezas, solitas, costaban más de 7,200 dólares.
A ese mismo outfit le agregó unas botas Celine de 1,200 dólares.
Otro de los más recientes iconos del Quiet Luxury se apareció cuando la misma Gwyneth Paltrow fue al juicio completamente vestida de negro. ¿La curiosidad? La blusa, la falda y las botas eran de la marca Prada.
Ahora que le vamos cachando a cómo funciona eso del Quiet Luxury tenemos que hablar de su popularidad en nuestras pantallas. Con mención especial a la espectacular serie ‘Succession’ de HBO y cómo, entre otras cosas, retrata la moda de los millonarios.
¿Un genial instante? Vean la escena de aquí abajo. Es una pequeña captura del diseño de vestuario de la Temporada 4.
El personaje de Kendall Roy, interpretado por Jeremy Strong trae una gorra de beisbol sin chiste y una hoodie que tampoco tiene detalles llamativos. El color café oscuro lo hace todavía más silencioso.
Su ropa es Quiet Luxury, pero tu cartera va a gritar cuando te enteres que la gorra es de una marca italiana llamada Loro Piana que se vende en 1,395 dólares. La hoodie está diseñada por Tom Ford y te costaría otros 1,390 billetes verdes. Para robarle este look —que no tiene nada escandaloso— tendrías que invertirle cerca de 60 mil pesos mexicanos.
Hasta ahora todo es risa, diversión o descubrimientos curiosos por artículos de ropa que cuestan 6 meses de renta. Sin embargo, la historia profunda de esta tendencia de la moda podría ser una mala noticia.
Cuando la moda de los millonarios guarda silencio
¿Qué significa que la moda de los millonarios deje de ser estrafalaria? ¿Qué pasa si dejamos de ver colores brillantes y notamos un cambio que favorece la mesura, los colores apagados o el silencio? ¿Es pura tendencia en la ropa o, de verdad, estamos ante un preocupante cambio cultural?
Una teoría es que el Quiet Luxury no es solo un tema pasajero; es, también, una advertencia de la crisis económica que se avecina.
En tiempos de poca certeza, culturalmente, las personas empiezan a favorecer ropa más profesional, colores menos brillantes. Ser más silenciosos. “En la época de la ansiedad”, explicaba la periodista Diana Pearl en la revista Business of Fashion. “Los consumidores están buscando detenerse y enfocarse en lo que es verdaderamente importante”.
La moda de los millonarios es un reflejo de sus decisiones. En lugar de buscar ropa que apantalle, están buscando ser más silenciosos.
Ya sea para que dejen de señalar sus privilegios o porque buscando prendas de materiales de lujo, que puedan durar muchos años. Ropa que perdure sobre las modas pasajeras.
“Es un reflejo del clima económico”, explicaba la misma especialista. “Existen momentos en que todo es perfecto y la gente quiere lucirse; pero actualmente, todos tienen poca certeza del futuro”.
La amenaza de una crisis económica que se asoma en la esquina o la inflación que consume nuestros sueldos está cambiando el panorama de la moda. Incluso el panorama de la inalcanzable alta costura. Cuando los tiempos son complicados, hasta los millonarios son más considerados en la ropa que compran.
¿No nos creen? Pues créanle a la historia.
El Quiet Luxury en la Revolución Francesa
La historia tiene curiosos ejemplos de cómo los cambios en la moda de los millonarios han sido la advertencia de una crisis económica. Historias en las que los movimientos culturales antecedían una sacudida que —hasta la fecha— se platica en los libros.
Uno de los casos más extraños es el inicio del Quiet Luxury en la Revolución Francesa. Cuando cayó —y calló— la moda absolutista del Palacio de Versalles.
En la década posterior a 1789, cuando la extravagante vestimenta de la corte de Louis XVI era mal vista por la sociedad revolucionaria, las pelucas se volvieron cosa del pasado. Al mismo tiempo, los aristócratas abandonaron las telas lujosas como la seda o el terciopelo.
En su lugar, adoptaron una moda silenciosa. Échenle un ojo a esta pintura de 1795 de aristócrata Pierre Sériziat. Sobre todo, recuerden que, apenas unos años antes, este mismo sujeto estaba disfrutando de todo el lujo en Versalles.
Cerca de 100 años después, en Estados Unidos, sucedió una historia similar.
Mientras se acercaban los 1900 se vivía una época dorada, de riqueza e industrialización, conocida como Gilded Age. La moda, según los historiadores, era extremadamente ostentosa. “Era común que los millonarios tuvieran un cambio de ropa de para la mañana, otro para la tarde y otro para la noche”, cuenta un estudio de la Universidad de Nueva York.
Al llegar una crisis económica, la sociedad estadounidense del siglo XIX vivió su propia versión de un Quiet Luxury con el invento de los vestidos llamados Tailor-Made.
Aunque esos vestidos eran usados por todas —tanto mujeres millonarias como trabajadoras, solo cambiando la calidad de los textiles—, una de sus principales características era que podías cambiarle el top para que se ajustara a la situación. “Una manera barata de mantenerte a la moda”, señala la Universidad de Nueva York.
Similar al Quiet Luxury que nos rodea en 2023, la moda de los millonarios empezó a buscar ropa discreta que pudiera usar en cualquier ocasión.
Recordando el normcore de la crisis de 2008
Un ejemplo más cercano, de cómo los tonos apagados o el silencio en la moda de los millonarios podría encender las alarmas se liga con la crisis económica de 2008.
En los primeros años del 2000, la moda de los millonarios estaba repleta de diseños ostentosos. Colores brillantes, cristalería en absolutamente todo o gorras con la marca de moda, tejida en la frente. Piensen en esta foto de Paris Hilton con una gorra de trailero Von Dutch y Tara Reid con una boina de Burberry.
Aquella moda brillante y ruidiosa se vino al suelo con la crisis económica de 2008.
“El golpe económico de esa época coincidió con los años de bling y exceso que lo precedieron”, explica Emma Childs en la revista Marie Claire. “Tacones altos, cristales brillantes y actitudes de millonarios terminaron convirtiéndose en una revuelta que regresó a la calidad de los clásicos en 2009″.
A ese movimiento naciente se le denominó Normcore y se enfocaba, similar al Quiet Luxury que escuchamos en 2023, en tener piezas sencillas, con poco brillo. Piensen, ahora, en la moda de otros millonarios, como Steve Jobs.
Las olas del normcore se siguen sintiendo hasta la fecha —¿cuántos nos están leyendo con jeans, playera de un solo color y tenis blancos?
Sin embargo, más allá del detalle curioso, la crisis económica de 2008 ha tenido un impacto tremendo en el diseño de toda una generación. Desde el minimalismo en nuestros empaques, la simpleza de nuestra ropa, las tipografías que leemos, hasta las paredes blancas de nuestras casas. Una locura, ¿no?
¿Qué pasará con el Quiet Luxury?
A fin de cuentas nadie puede jugarle al adivino, pero las tendencias de la moda han contado una historia interesante a lo largo de los siglos.
Aunque 2023 no se parece a la Revolución Francesa y el Quiet Luxury es tan popular ahora hasta aparece en el nuevo catálogo de SHEIN, la moda de los millonarios del mundo —ya sea con Paltrow saliendo de un juzgado o con Kendall Roy siendo un pelmazo en HBO— nos está advirtiendo que algo está cambiando.