Ante la esperanza de un futuro alejado del carbón o el petróleo, un nuevo elemento se ha convertido en la moda energética. Sin embargo, en el camino ha desatado un fuerte debate internacional sobre explotación de recursos, contaminación y por supuesto, la repartición de millones de dólares. Sí, estamos hablando del litio.
Un metal blando, de color blanco, que está transformando la manera en la que conocemos al mundo.
El presidente de México anunció que presentará una iniciativa para que el litio sea propiedad exclusiva del Estado —una especie de nacionalización—, en la que el gobierno sea el único participante en su explotación.
Discusiones similares se han llevado a cabo en Bolivia, en otros países de Sudamérica como Argentina o Chile o en Medio Oriente y Asia. El chiste es que el mundo entero ha volteado a ver las implicaciones de las millones de toneladas de reservas de litio y las consecuencias que su futuro podría tener para la política o la economía mundial.
Sin embargo, siempre sirve echarnos un clavado desde lo más básico.
¿Qué cuernos es el litio?
El litio es técnicamente un metal blando. Su número atómico es el 3… así que si recuerdas las clases de Química, lo vas a encontrar en la parte superior izquierda de la tabla periódica.
Se descubrió hace más de 200 años —en 1817— por un químico sueco llamado Johan Arfwedson.
En apariencia es una piedra blancuzca, casi plateada. Sin embargo, nunca la vamos a encontrar en ese estado de manera natural… ya que reacciona muy cañón al agua y se oxigena fácilmente. Normalmente estará en pequeñas concentraciones rocosas o en salmueras naturales.
El mentado precio y el valor del litio
Como el litio no se encuentra naturalmente en la superficie terrestre es una pachanga obtenerlo.
Sin clavarnos demasiado en el proceso, involucra secar salmueras naturales durante periodos superiores a un año, electrolisis para separar los elementos y detalles de minería delicada —si está en grandes depósitos rocosos. Es una fiesta compleja que, además, es famosa por gastar grandes cantidades de agua.
Si le sumamos la altísima demanda, que ahorita platicamos de ella, con la complicación de obtenerla… veremos que sus precio ha crecido exponencialmente en los últimos años.
En estos momentos, se estima que una tonelada de litio vale 22 mil dólares, el equivalente a medio millón de pesos. Nada más para que se den una idea… en 2016, hace apenas 5 años, esa cifra era 3 veces menor cuando la tonelada estaba valuada en 7 mil 400 dólares.
Y si nos vamos más atrás, se nota el cambio todavía peor. Tan solo en una década, su valor se ha multiplicado por 6.
¿Qué se hace con el litio?
Entre el precio escandaloso del litio y los aumentos impredecibles en su valor, es importante hablar de qué se hace con este metal.
¿Para qué sirve? Aunque se ha usado militarmente desde hace décadas o en el tratamiento de algunas enfermedades mentales, lo que lo está convirtiendo en el “Oro Blanco” del mundo entero tiene que ver con las baterías recargables. Resulta que —gracias a sus particularidades químicas— las baterías de litio son más ligeras que otras convencionales… y también guardan mucha más energía.
El litio se usa en teléfonos celulares, cámaras portátiles y ahora, donde el mercado se está volviendo loco, en los transportes eléctricos o en la generación energética.
¿Un cálculo curioso? Un teléfono celular tiene como 7 gramos de litio. Según un cálculo de Goldman Sachs, la batería de un Tesla Modelo S tiene más de 63 kilogramos, o sea, lo equivalente a 10 mil celulares. Cuando exponemos esos números es cuando la situación se pone de locura.
Una estimación de Bloomberg señalaba que en 2o21 se venderán 95 mil toneladas de litio. En El Economista, Marco Mares estimaba que para 2030 se esperan mil 500 millones de toneladas.
El litio de México
¿México tiene yacimientos de litio? Sí, curiosamente sí. Sin embargo, acá hay muchos detalles qué precisar.
Aunque se ha comentado en algunos medios que en México está la reserva más grande del mundo, esa es una estimación equivocada. De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, en nuestro país está la novena reserva de litio más grande del mundo. Aunque hay un detalle interesante… y todo tiene que ver con arcilla y lo caro que puede ser obtenerlo.
Se encontraron yacimientos gigantescos de arcilla en Sonora, que contenían una cantidad del precioso metal. La cosa es que, al mencionar las reservas se contó el peso general del yacimiento y no la cantidad de litio que podría extraerse de él.
Se considera, tradicionalmente, que el litio en arcilla es muy caro de obtener y no se recupera tanto como con otros métodos. Estiman que de toda la producción mundial, menos del 5% salió de arcilla.
En palabras de la Secretaría de Economía en este sexenio, tenemos muy poquito litio como para entrarle a la competencia mundial.
Aunque poquito, en el gran esquema de la situación, sí existen algunas concesiones internacionales para plantas de litio en México que todavía no entran en operación. Pero eso puede cambiar con su posible cancelación.
Ahora, la iniciativa es que sea el gobierno de México el único que explote, regule y produzca este valioso metal.
*Con información de —toma aire— Bloomberg, El Economista, Reuters, Nature, Rockwood, Goldman Sachs y la Real Sociedad de Química.
