Desde que en México ya se esperaba la inevitable llegada del coronavirus, la Secretaría de Salud informó que se estaba usando un modelo centinela para observar el comportamiento de la pandemia de COVID-19 y estimar hasta dónde podría llegar y lo que se necesitaría preparar en cuestión de hospitales, personal médico, camas, etc.
¿Cómo funciona?
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, explicó en conferencia de prensa la manera en que este modelo es utilizado para las estimaciones y el comportamiento de enfermedades desde el 2006 en México.
Pa’ pronto, el funcionario utilizó el ejemplo de las encuestas para explicar la complejidad del análisis. Cuando se aplica una encuesta, no es necesario que se encueste a los más de 127 millones de mexicanos para conocer un dato o patrón. Se elige a una pequeña muestra y se asume como representación del total con un correspondiente margen de error.
Lo mismo se hace con la epidemia de coronavirus analizando diversos factores, uno de los cuales es la interpretación de la mortalidad.
Puede hacerse observando la curva epidémica de defunciones por fecha de defunción o por la fecha en que iniciaron los síntomas. Partiendo de esto, se sabe que el promedio de tiempo que pasa entre que aparecen los síntomas y ocurre la muerte -en los casos graves- son 9 días aproximadamente.
Otro de los factores es el monitoreo de infecciones respiratorias agudas, neumonías y bronconeumonías. El subsecretario Gatell explicó que todas las unidades hospitalarias en México tienen la obligación de informar los casos de infecciones respiratorias agudas para que se tenga un registro de cómo se comportan este tipo de enfermedades durante el año: en invierno, en verano, etc.
Por ejemplo, en la siguiente gráfica puede verse que durante las primeras semanas epidemiológicas del año se registran más enfermedades respiratorias que concuerdan con las épocas de frío.
Estos son los canales endémicos. La endemia es lo que normalmente ocurre en una población, es decir los catarros, las diarreas, infecciones urinarias, etc.
Los casos que se registran en la gráfica son los que se observan porque van a consultas y hay la posibilidad de reportarlo. Sin embargo hay que poner atención en esto: es un error suponer que solo lo que se ve existe y, lo que no se ve no existe.
Es por eso que el hacer el mayor número de pruebas a la población para detectar casos de coronavirus no necesariamente nos lleva a encontrar el total de casos reales.
Son más casos de los reportados
El subsecretario Gatell explicó que 8 de cada 10 personas que se contagian de coronavirus se van a recuperar en 14 días y quedarán inmunes, por lo que si los síntomas son leves no se recomienda que acudan al médico y saturen las unidades hospitalarias.
Justo debido a que no hay necesidad de acudir al médico, ese porcentaje de casos no quedan registrados en los hospitales. Esto no significa que no se estén monitoreando o no estén considerados en las cifras, para esto sirve el modelo centinela.
Por cada paciente con coronavirus reportado por la Secretaría de Salud, hay 8 veces más de lo estimado. Es decir, hay casos de COVID-19 que no están observados/registrados pero sí están estimados y considerados.
Para llegar a esta cifra, de la semana 1 a la 13 en lo que va del año, se tienen en cuenta los casos de enfermedades respiratorias observadas en las unidades médicas, aquellos pacientes que tuvieron síntomas relacionados con el coronavirus y el porcentaje de consultas médicas relacionadas. Todo esto sin pruebas de laboratorio.
Además, también se incluye en la ecuación el índice de positividad, es decir cuántas muestras resultaron positivas a coronavirus del total de muestras tomadas, así como cuantas muestras se procesaron –casi 17 mil muestras en México–, y finalmente las cifras netas de la vigilancia de enfermedades respiratorias en las 26 mil unidades médicas de todo el país.
Esto nos lleva a la cifra esperada: hay un total de 26 mil 519 casos de coronavirus que no se observan en los reportes diarios hasta la semana 13 del 2020.
