El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso Vladimir Putin sostuvieron este martes 2 de mayo su tercera conversación telefónica desde que el magnate originario de Nueva York asumiera su cargo. Ambos mandatarios, de acuerdo con el Kremlin, expresaron su intención de reunirse entre el 7 y 8 de julio en Hamburgo, Alemania, durante la Cumbre del G-20. De acuerdo con un comunicado del gobierno de Rusia, Trump y Putin discutieron sobre la relación bilateral entre sus naciones, específicamente sobre su papel en el combate contra el terrorismo a nivel internacional. Ambos presidentes acordaron que Serguéi Víktorovich Lavrov, canciller ruso, y Rex Tillerson, secretario de Estado, intensificarán el diálogo para buscar una solución al conflicto bélico en Siria.
Putin y Trump también hablaron sobre la creciente tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos. El presidente Putin solicitó al mandatario estadounidense reducir la tensión en la península coreana y pidió que sus acciones fueran moderadas. Los presidentes acordaron trabajar conjuntamente para buscar una solución diplomática al encono entre estas dos naciones. Las tensiones entre Rusia y Estados Unidos se reavivaron después del bombardeo químico —con gas sarín— que dejó un saldo de al menos 80 muertos y 160 personas intoxicadas en la ciudad de Jan Shijún, en Siria. El presidente Trump declaró al diario estadounidense The New York Times: “Creo que es un día triste para Rusia, porque son aliados y, en este caso, todo apunta a que (el gobierno de) Siria hizo esto. ¿Por qué lo hicieron? Quién sabe”.
¿Qué pasó después? Donald Trump ordenó el lanzamiento de 59 misiles Tomahawk contra una base aérea siria. La decisión tuvo ecos en Rusia, Irán y Corea del Norte. Los rusos consideraron el ataque como una “agresión contra un miembro de la Organización de Naciones Unidas” y una nación soberana. El presidente Putin indicó que el acto de agresión representaba un “golpe a las relaciones ruso-estadounidenses”.
