Con excusa del 170º aniversario de la Sociedad Geográfica Rusa, el presidente ruso Vladimir Putin decidió hacer un modesto paseito en un batiscafo (una especie de submarino) por el mar Negro, donde se supone que observó restos de naves antiguas.
Como cada verano, Vladimir Putin nos sorprende con sus actividades extremas y super masculinas. Esta vez fue el show fue en el mar de Crimea pero antes ya lo habíamos visto en acción sumergiéndose al fondo del lago Baikal, así como manejando un Fórmula 1, cazando ballenas con ballesta o volando en un bombardero.
Desde que se deintegró la URSS, Rusia y Ucrania se han peleado por la península de Crimea. En el 2014 la cosa se puso fea cuando, después de una crisis e intervención militar, supuestamente Crimea se anexó a Rusia, aunque la disputa todavía sigue. Por esto, la visita acuática de Putin en este territorio no le cayó nada en gracia al presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, que comentó al respecto:
“El viaje de Putin a la Crimea ucraniana sin el acuerdo de las autoridades ucranianas es un desafío al mundo civilizado, que eleva la tensión creada por los militares rusos y sus mercenarios”
