Como recordarán durante la novela de las 7 del 2 de mayo –y abordando el tema de lo ocurrido en el Hospital Las Américas, en Ecatepec– Hugo López-Gatell mencionó a la ciudadania que es falso eso de que el Gobierno Federal está obligando a las personas a cremar los cadáveres de personas que murieron por coronavirus.
Gatell mencionó que aunque es preferible la incineración de personas fallecidas por COVID-19, esta practica no es obligatoria, por que los cuerpos pueden ser sepultados siempre y cuando sigan las especificaciones descritas en la Guía de Manejo de Cadáveres por COVID-19 en México, la cual a pesar de estar dirigida al personal médico y los trabajadores de funerarias, también es de carácter público.
Si ustedes aún no conocen o no encontrado la guía en cuestión, acá les traemos los puntos más importantes que contiene el documento creado por la Secretaría de Salud, la cual indica desde cómo se debe sepultar a la persona o bajo qué condiciones se prohíbe la cremación de las personas fallecidas por coronavirus.
Momento del fallecimiento y traslado a la morgue
– Hasta ahora no hay evidencia que demuestre un riesgo de infección por parte de cadáveres de personas fallecidas por coronavirus sin embargo, las personas (tanto del hospital como otras) deberán evitar entrar en contacto directo con los cadáveres.
– Si los deudos lo desean pueden pedir ver a la persona antes de que sea llevada a la morgue del hospital. Esta petición sólo se debe limitar a los familiares más cercanos, quienes no deberán establecer ningún tipo de contacto físico con el cadáver o las superficies que están a su alrededor.
– Las personas que se encarguen de llevar el cuerpo, tanto a la morgue como a una funeraria, por ejemplo, deberán hacerlo usando el equipo de protección correspondiente (guantes no estériles, mascarilla quirúrgica, bata impermeable y googles).
– Los cadáveres deberán ser transferido a la morgue lo más pronto posible. Para eso, se deben guardar en una bolsa de traslado biodegradable, la cual reúne las características técnicas sanitarias de resistencia a la presión de los gases en su interior e impermeabilidad, misma que tendrá que ser desinfectada con una solución con cloro en su exterior.
– Se realizará la clara identificación del cuerpo de acuerdo con los lineamientos de las instituciones e deberá notificar al camillero que traslade el cadáver a la morgue.
– Las personas deberán lavarse muy bien las manos con agua y jabón luego de manipular los cadáveres. Acá no aplica el uso de gel antibacterial y está de más decir que tampoco se permite ingerir comida y agua en ninguno de los espacios donde estuvo el cuerpo, pues implica un riesgo de contagio por coronavirus.
En caso de realizar autopsia
– En caso de caso una necropsia, el personal capacitado deberá hacerla en cuartos que cuenten con buena ventilación natural con al menos 160L/s/flujo de aire por persona o salas de presión negativas con al menos 12 cambios de aire por hora y dirección controlada del flujo de aire
–Quienes realicen el procedimiento tendrá que portar el equipo de protección antes mencionado (además del cubrebocas N95), mismo que deberá ponerse antes de entrar a la sala de autopsias y que deberá de quitarse en el vestidor correspondiente.
–Se deberán evitar el uso de sierras eléctricas y otros procedimientos que generen salpicaduras al extirpar, manipular o lavar órganos, especialmente el tejido pulmonar y los intestinos. Si se tienen que hacer, deberá ser con ayuda de equipo y técnicas especiales.
–Los cadáveres tendrán que colocarse en una nueva bolsa (como la mencionada anteriormente) al finalizar el procedimiento de necropsia, la cual será desinfectada con la solución con cloro para evitar el contagio de coronavirus.
Destino final del cuerpo
– La opción más recomendada y fácil es la cremación, sin embargo, ésta sólo se debe hacer si la persona ya fue identificada. En caso de que no sea así, entonces se practicará la inhumación en sepultura o bóveda.
– Si el deseo de la familia es el entierro tradicional, el personal del hospital sólo podrá entregarles el cuerpo del difunto si ya cuentan con un un plan de disposición del cuerpo y con los servicios funerarios contratados.
– La bolsa del cadáver puede ser metida en el féretro siempre y cuando se haya desinfectado con la solución perfectamente. Después de eso ya no hay problema si se carga el ataúd y el entierro se puede llevar de manera normal.
Los velorios
– En caso de que la persona sea cremada, sus cenizas pueden ser manipuladas sin ningún riesgo de contagio por coronavirus.
– La gente puede recibir el pésame en casa siempre que los visitantes no tengan síntomas de gripa y COVID-19, quienes tendrán que seguir las medidas de sana distancia. Además, al hacerlo se deberá checar que no se reúnan muchas personas en un espacio pequeño y que el cuarto/casa tenga la ventilación adecuada.
– No se recomiendan los velorios, pero si se hacen entonces deberán durar menos de 4 horas, con el féretro cerrado y con menos de 20 personas en un espacio donde se respete la sana distancia.
– Los entierros deberán hacerse también bajo el mismo número de personas que en el velorio.
El documento menciona y enfatiza que en todo momento deberá estar presente el respeto y la compasión humana por la personas que han perdido a un ser querido debido al coronavirus, quienes no deberán ni tendrán que tolerar cualquier actitud que discrimine o estigmatize al fallecido y su familia, amigos o contactos.