Ayer, 30 de octubre, Carles Puigdemont, expresidente de Cataluña, fue visto en Bélgica tras ser acusado, junto con todos los miembros de su gobierno, por la Fiscalía de España por delitos de sedición y rebelión, delitos que se pagan con hasta 30 años de prisión. Este martes, Puigdemont compareció en Bruselas, donde aseguró que él es el presidente legítimo de Cataluña y que su estadía en tierras belgas no está relacionada con una solicitud de asilo político, sino “para hacer evidente el problema catalán en el corazón institucional de Europa y denunciar la politización de la justicia española”.
En su intervención, el expresidente de la Generalitat aseguró que aceptaba las elecciones del próximo 21 de diciembre convocadas por Mariano Rajoy tras aplicar el artículo 155 constitucional. “Si el Estado ha querido hacer un plebiscito (…) lo asumimos. Estamos de acuerdo con que es votando como se resuelven los problemas”. Puigdemont informó retó al gobierno encabezado por Rajoy a respetar los resultados de los comicios de diciembre: “Respetaremos el resultado de las elecciones del 21D como lo hemos hecho siempre sea cual sea el resultado. ¿Hará el Estado español lo mismo? Quiero un compromiso claro por parte del Estado”.
Asimismo, el político catalán dijo que no volverá a suelo español hasta que tenga “garantías de un juicio justo”. El integrante del Partido Demócrata Europeo Catalán señaló que el gobierno central los despojó, de forma ilegítima, de su responsabilidad; el impulsor de la independencia catalana informó que el Estado español les retiró, a él y su comitiva, “toda la protección” policial que antes tenían. “En mi caso la han reducido”, aseguró. “Si tenemos la garantía inmediata de un tratamiento justo, si nos garantizan un juicio justo, independiente y con separación de poderes, volveríamos de forma inmediata”, informó Puigdemont.