Hasta hace unas horas, el número oficial de víctimas por el huracán “María”, ocurrido en Puerto Rico en septiembre de 2017 era de sólo 64. Sin embargo, las imágenes del desastre indicaban que tal número era ridículo. Ahora, un estudio de la Universidad George Washington pone en justa dimensión la tragedia: el saldo fue realmente de 2 mil 995 muertes. En Junio, un Tribunal ordenó al gobierno dar cifras oficiales.
En nuestro país la tragedia ocurrida en Puerto Rico pasó casi desapercibida. No fue para menos, para ese entonces había pasado el sismo del 19 de septiembre. Pero, a nivel internacional, el huracán María recibió la atención de la mayoría de los medios: la isla se quedó sin luz, las morgues de los hospitales estaban a toda su capacidad… y Trump se hizo presente… aventando papel higiénico a los afectados.
El objetivo del estudio (el cual fue encargado por el gobierno de Puerto Rico) fue conocer un estimado real de las víctimas que dejó “María”, esto con el fin de evaluar el accionar de distintas áreas del gobierno en situación de crisis… lo cual, según lo que reporta El País, no necesitaba tanta investigación: el gobierno de Ricardo Rosselló aplicó la técnica de Homero Simpson cuando le toca presentar un examen decisivo: simplemente se escondió debajo de un sillón y esperó a que todo, de alguna forma, se solucionara. No salió a dar la cara y así pretendió aminorar el impacto político.
De acuerdo con el diario español, poco a poco la administración de Puerto Rico fue soltando información. Sesenta y cuatro muertes ante tamaña tragedia era imposible de creer. Así que para agosto trascendió que un documento interno admitía que la cifra superaba las mil 400 defunciones. Ahora, se suelta el informe de la Universidad de Washington, el cual suma casi el doble de muertes, lo cual no sólo es atribuible al fenómeno natural, sino a la situación en que viven ciertos sectores de la población. Según los resultados obtenidos, el riesgo de muerte fue 45% mayor para los habitantes de comunidades pobres, así como para los mayores de 65 años.
Al conocerse los resultados del estudio titulado “Ascertainment of the Estimated Excess Mortality from Hurricane María In Puerto Rico”, el gobernador Rosselló nuevamente no hizo lo que se espera de un mandatario y se aventó el clásico: “pues sí estuvo gacho, pero así está la cosa”. No lo dijo así, sino de esta manera: “”Yo no soy perfecto. Yo cometo errores. (…). En aquel momento teníamos un protocolo. No nos dimos cuenta hasta un poco después de que era totalmente insuficiente y esto todo emana en que la responsabilidad de adjudicar la causa de la muerte era de los médicos, pero que lamentablemente no había un proceso formal para prepararlos ante una devastación”.
El estudio no sólo se basó en realizar conteo de defunciones y ya. Se aplicó toda una metodología en la que se analizaron los patrones de mortalidad según censos de 2010 a 2017, esto con el objetivo de indicar cuál era la mortalidad esperada en caso de que el huracán “Maria” no hubiese ocurrido y comparar este número con las muertes que se registraron. La diferencia entre ambos datos se denominó “exceso de mortalidad”. Además, también se hizo la medición de la migración registrada luego de la catástrofe. Así, las estimaciones del exceso de mortalidad por cualquier causa atribuible al huracán “son el resultado de comparar las proyecciones para los escenarios de censo y desplazamiento con la mortalidad observada en los registros oficiales”.