Bueno si algo ha estado causando conmoción en las redes sociales son las polémicas fotografías que la prestigiosa publicación Tvnotas publicó de Lucerito con ella de cacería.
En la portada de la revista sale: ¡Matan por diversión! Lucero de cacería con su novio, y hasta permite que sus hijos… ¡ya tiren con rifles! Fuera del tono amarillista de la nota, nos resulta interesante el tema, ya que varios grupos en pro de los animales han manifestado su disgusto.
Según la revista, la cantante de 45 años lleva 3 años saliendo con el empresario Michel Kuri, quien es fanático de la cacería desde joven. Pues bueno, la publicación asegura que a la redacción de esa revista llegaron las fotos de la cantante con una cabra montés macho, también una imagen de Lucero con la cara manchada de sangre (presumiblemente después de haber cobrado la vida de su primera víctima, porque…bueno, ¿por qué no hacerlo? Digo, ya la mató ) y otras fotos con sus hijos disparando con rifles.
Ahora, fuera de lo friki que nos pueda parecer ese ritual de mancharse la cara con sangre, uno de los contrastes que más ha pegado en la opinión pública es que la imagen oficial del Teletón, la mujer que llora ante la desgracia de niños discapacitados, sea la misma que sonríe con la cara manchada de sangre ante el cuerpo sin vida de su presa.
En Twitter se han creado hashtags como #LuceroAsesina y #TeMatoComoLucero con los cuales la gente tacha de hipócrita a la «novia de América».
La cantante a través de su cuenta de Twitter @LuceroMexico sacó un comunicado donde explica que las fotos habían sido sacadas de contexto.
Pues bueno, ahí tienen, sabemos que la caza controlada es un tema polémico, por ejemplo, uno de los argumentos a favor es que, a pesar de que mueren individuos se ayuda a la conservación de la especie y las zonas donde habitan, lo cuestionable es si la muerte de un individuo no importa a pesar de que algo tan abstracto como «la especie» permanezca. Al final del día lo que está afectando a Lucero es que es la imagen pública de una institución de caridad, y, bueno ¿qué esperaba?