El caso de Dani Alves es súper preocupante. No solo por la figura del brasileño —que jugaba en México, participó en el Mundial de Qatar y cobraba bastantes millones de dólares—, sino por lo delicado de la situación. El futbolista fue arrestado en Barcelona por unas severas acusaciones de agresión sexual en un antro de la ciudad catalana.
La denuncia dice que Alves abusó de una joven el pasado 30 de diciembre.
El testimonio de lo sucedido en ese antro de Barcelona es bastante crudo e involucra a Dani Alves en la zona VIP y después en los baños. El ataque, al momento, se encuentra bajo investigación de los Mossos d’Esquadra —la policía de Barcelona.
Sin embargo, entre lo feo de la noticia o lo complicado de la historia, la reacción de las autoridades catalanas ha llamado la atención mundial.
Resulta que los antros en Barcelona tienen un innovador protocolo establecido para combatir el abuso o las agresiones sexuales en los centros nocturnos. Se trata de un interesante sistema, firmado por cerca de 40 establecimientos, en el que se comprometen a actuar con el Ayuntamiento. ¿Lo más interesante? Tiene medidas específicas, nada de palabrería.
Acá les contamos un poco más sobre este protocolo que, además, sí se puso en marcha en el caso de Dani Alves.
El protocolo de los antros de Barcelona
Oficialmente, el protocolo se llama No Callem.
Es un sistema en el que se han unido cerca de 40 antros de la ciudad de Barcelona, algunos espacios de conciertos, restaurantes e incluso se unieron también los 3 principales festivales de música de la ciudad de Barcelona —hablamos de Primavera Sound, Sonar y Cruïlla.
El antro donde sucedió el presunto abuso de Dani Alves, llamado Sutton, forma parte de este acuerdo. De acuerdo con los testimonios, se activó cuando el personal del lugar notó a la víctima llorando, cerca de la salida.
Pero bueno, volvamos al protocolo: ¿cómo funciona?
Antros de Barcelona contra el abuso sexual
El protocolo llamado No Callem para combatir la violencia sexual o los abusos en la vida nocturna tiene varios puntos específicos sobre su funcionamiento. El primero, que suena importantísimo, tiene que ver con la capacitación.
De acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona, todos los empleados de los antros están capacitados en atender a posibles víctimas.
Según el protocolo, deben saber qué es una agresión, identificar a los posibles agresores y cómo atender a las víctimas —con las diferentes posibilidades según la voluntad de las personas agredidas o sus peticiones. En el momento que reciben una denuncia se comprometen a acompañar a las personas en todo momento, activar el protocolo y contactar a las autoridades.
También existen acciones especiales para confirmar que las personas, especialmente mujeres o quienes se las pasen las copas, den su consentimiento para salir del lugar con alguien.
El sistema No Callem también obliga a los antros de Barcelona a cuidar las zonas oscuras en su interior.
De la misma manera, desde la cadena, se comprometen a mantenerse vigilantes desde la cadena. Negándole la entrada “a las personas que se observe que tienen actitudes y comportamientos acosadores o irrespetuosos ya fuera del local”, dice el Ayuntamiento.
Otros puntos interesantes del acuerdo incluyen la equidad de género.
Los antros de Barcelona que firmaron el acuerdo No Callem decidieron cancelar cualquier promoción diferenciada por género —ya saben, precios diferentes de cover— o cualquier otra promoción abusiva, como darle bebidas solo a las mujeres. También, cancelaron cualquier código de vestimenta relacionado con el género.
Este acuerdo se presentó en 2018, se acabó durante la pandemia, pero se reactivó en 2022 con algunos resultados bastante positivos.
¿Qué opinan? ¿Se imaginarían un protocolo así en México?