Ayer, jueves, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue recibido junto con su esposa, Melania, en el aeropuerto de Stansted por varios funcionarios. Se trata de su primera visita oficial como presidente a Reino Unido, el país con el que Estados Unidos mantiene una histórica “relación especial”.
Posteriormente, la pareja viajó en helicóptero hasta la residencia del embajador estadounidense en Londres, Woody Johnson.
Por la noche, fueron a una cena de gala en el palacio de Blenheim con la primer ministra Theresa May. Este viernes visitaron, junto con May, unas instalaciones militares para después viajar a Chequers, la residencia de campo de la primera ministra para celebrar una reunión bilateral de trabajo. Lo anterior con su rueda de prensa conjunta.
Después viajaron al castillo de Windsor para visitar a la reina, y por la noche se irán a Escocia para pasar el fin de semana en uno de los lujosos complejos de golf, de los que Trump es dueño.
Pero, sólo fue bien recibido por la realeza y los miembros del Gobierno, porque en las calles las protestas no fueron taaaan amables: desde gigante Bebé Trump sobrevolando el Parlamento británico, mariacis y niños llorando, mantas con la leyenda “vete a casa”, manifestaciones, etc.
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Las imágenes de las calles de Reino Unido expresan mejor el tremendo descontento por la visita de Trump…