Hace apenas unos días, el grupo Defense Distributed publicó en internet los planos de la pistola “Liberator”, la primera arma creada enteramente con una impresora 3D. Luego de toda la atención mediática, los archivos han sido retirados de los servidores de la organización, debido a una solicitud del Departamento de Estado en Estados Unidos.
La petición argumenta que los archivos deben ser revisados para determinar si cumplen con las leyes de exportación de armas, así que de momento los datos ya no se encuentran disponibles en el sitio web de Defense Distributed hasta nuevo aviso. Y es que dichas leyes de exportación están diseñadas –supuestamente– para evitar que información relacionada con la fabricación de armas llegue a organizaciones terroristas o delictivas.
El problema es que con tan sólo tres días en internet, los planos registraron más de 100 mil descargas y ya se encuentran en algunos servicios como Mega y The Pirate Bay.
Cody Wilson, estudiante de derecho y cabeza de Defense Distributed, señaló al respecto:
La carta dice que todos los datos deben ser retirados del acceso público. Eso podría resulta algo imposible. Pero haremos nuestra parte para borrarlos de nuestros servidores.
Mientras esperamos a que el gobierno de Estados Unidos tomé una decisión sobre “Liberator”, la iniciativa de Wilson y compañía ha puesto sobre la mesa un tema que aunque ya se venía discutiendo desde hace tiempo, ha terminado por superar los actuales recursos legales. Y esto apenas comienza.
¿Debe permitirse que cualquiera con una impresora 3D pueda crear sus propias armas? ¿Es posible controlar este tipo de información? ¿Cómo se puede regular todo esto?