“¡Exprime cada centavo!”, al estilo Simpson, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se puso a tono con la austeridad —¿más?— republicana y después de que la semana pasada informara que el rector Enrique Graue reembolsó 22 mil 350 pesos de su quincena a la Tesorería de la Universidad, esta semana también dio a conocer el Programa de Racionalidad Presupuestal 2019.
En un comunicado, la UNAM precisó que con este plan se suma al “esfuerzo de hacer más eficiente el gasto público” del gobierno de AMLO y sin afectar a sus funciones será de carácter obligatorio y se aplicará a todas las entidades académicas —o sea, que toda la plantilla universitaria tendrá que entrarle—.
¿De qué va el Programa de Racionalidad Presupuestal?
Para empezar, la UNAM definió tres rubros generales por cubrir:
- Disposiciones generales de ahorro y austeridad en el ejercicio del presupuesto.
- Políticas de ahorro y austeridad en materia de servicios personales, prestaciones y estímulos.
- Políticas de ahorro y austeridad en materia de servicios y materiales de consumo.
Medidas que será aplicables a partir de ya —es decir, de enero—, sin darle al traste a los programas primordiales de la UNAM y el cumplimiento de las metas de 2019.
El presupuesto
¿Qué hay del presupuesto? Nada. Nada de comprar muebles, nada de arrendamientos u otros servicios que no fueron contemplados en el calendario e importes autorizados.
Austeridad en servicios personales, prestaciones y estímulos
En este rubro se desglosan varios puntos relacionados con los servicios personales y prestaciones. Por ejemplo, la UNAM indicó que durante este año no se crearán plazas académico-administrativas, de confianza, administrativas de base…
Sólo se dará luz verde a aquellas relacionadas con la atención de nueva infraestructura y —como los estudiantes del CCH y Prepas pidieron tras las agresiones de los porros, el año pasado— para las dependencias dedicadas a vigilancia, seguridad y protección civil, siempre y cuando tengan el presupuesto suficiente.
En cuanto a las plazas académicas, la UNAM se guiará con el dictamen que la Secretaría General para crear una plaza de acuerdo a la disponibilidad presupuestal.
No habrá aumentos salariales —con el estatus de funcionario en los niveles uno al ocho—.
Luego, las partidas en compensaciones extraordinarias para el personal administrativo de base, no se destinará más del 80% que se aplicó en 2018, lo mismo aplica para la partida al pago de servicios profesionales independientes para la operación de trabajos administrativos.
Y, disminuirán hasta en un 20% los gastos en los Centros de Estudios Mexicanos en el extranjero.
Austeridad en materia de servicios y materiales
Aquí se dejaron caer 15 puntos que resumiremos para no hacer tan largo el rollo de la austeridad. Se supone que en los presupuestos ya autorizados, en la partida de Viáticos y Pasajes Aéreos se aplicará una reducción del 10%.
La asignación al Programa de Extensión y Colaboración Académica también se reducirá en un 10%, mientras que los recursos para las reuniones de trabajo se reducirán al 50% —sin los clásicos regalos de fin de año—.
La “austeridad republicana” llegó a Graue, rector de la UNAM https://t.co/Bz5Quw1GY1
— Sopitas (@sopitas) 11 de enero de 2019
¿Encuadernaciones en la UNAM? Existe una partida para esto y las impresiones, pero también habrá una disminución del 20%.
No se compraran vehículos y tampoco se autorizarán nuevas líneas para teléfonos celulares —soló los que estén destinados a la vigilancia, seguridad y protección civil—. Los recursos para el mantenimiento del transporte también se reducirá en un 15%.
La mensajería, correos y telégrafos verá reducido su presupuesto en un 50% y por último: despídanse de las remodelaciones en las oficinas administrativas en la UNAM.
En fin, antes de terminar 2018, la UNAM anunció la ampliación de su oferta educativa con 124 licenciaturas. Sin embargo, con el plan 2019 tendrá que ajustarse aún más a la demanda tanto administrativa como de estudiantes, que día a día asisten a sus campus e instalaciones.
**Foto de portada: @unam_mx
