Los prisioneros encapuchados de la cárcel Cascavel ataron las manos de otros reclusos a sus espaldas, los golpearon y los mantuvieron en alto desde el borde del techo por los pies.
Los reclusos se amotinaron este fin de semana en la cárcel de Cascavel, en el sur de Brasil, para denunciar la mala calidad de la comida, los maltratos físicos por parte de las autoridades, el hacinamiento en la prisión y reclamar mejoras en la infraestructura.
El levantamiento sangriento que duró más de 30 horas e involucró enfrentamientos entre facciones dentro de la prisión y fuerzas de seguridad, dejó cuatro prisioneros muertos a manos de sus compañeros, dos de éstos decapitados y dos lanzados desde los techos.Uno de los videos del motín muestra a una de las víctimas con una soga al cuello antes de ser degollado.
Aunque los motines en las cárceles son relativamente frecuentes, la brutalidad de la rebelión en Cascavel y las fotografías de prisioneros encapuchados colgando rehenes presos desde el techo, desplegando pancartas que declaraban lealtad al Primer Comando Capital, (la pandilla que controla la prisión) han acaparado la atención de medios internacionales. Las escenas de violencia en Cascavel sugieren que las autoridades se mantienen lejos de resolver los problemas estructurales de las cárceles del país.
Las autoridades prometieron que mejorarán las condiciones en la prisión mediante la transferencia de cientos de internos a otros centros penitenciarios,
No queda claro cómo los prisioneros en Cascavel organizaron la insurrección. La tarde de este martes las autoridades carcelarias aún esperaban la liberación de los oficiales penitenciarios que habían sido tomados como rehenes en los enfrentamientos en los que participó un 80 % de la población del penal.
Se están trasladando prisioneros a otro penal, porque se destruyó casi la mitad de esta cárcel. Las autoridades aún esperan la liberación de los oficiales penitenciarios que fueron tomados como rehenes.
