Y no nos referimos al ex gobernador Ulises Ruiz… Ayer en Oaxaca, el candidato de la alianza PRI-PVEM a la presidencia de la República y la envidia de los pelones, Enrique Peña Nieto, tuvo un día muy agitado que merece ser brevemente recordado:
Primero, no lo pelaron en un evento en el que el mexiquense dio un sentido homenaje a Benito Juárez. No se necesitaba ser un genio para notar que la plaza ubicada en Guelatao, Oaxaca lucía casi vacia.“¿Dónde está Heliodoro?”, preguntó el Gel boy a su equipo de campaña, y pues ellos andaban en las mismas: “¿Quién es Heliodoro?” se preguntaban. Cuando apareció el buen Heliodoro Díaz -coordinador estatal de la campaña- el candidato cuestionó enojado: “¿A ver dónde está la gente?”.
Pero ya en la tardecita, cuando parecía que con los 350 autobuses con priistas “acarreados” las cosas iban a mejorar, Peña Nieto fue recibido entre gritos de “asesino”, “fuera”, “que se calle”,“el pueblo consciente no vota por un copete”, y el memorable “bombón asesino”. El compromiso para “consolidar la red hospitalaria para Oaxaca” que el esposo de la Gaviota había firmado fue opacado por los dimes y diretes entre seguidores y detractores del candidato presidencial, a tal punto que la lluvia y el sismo de 6.4 grados en la escala de Richter con epicentro en Michoacán pasó desapercibido.
Las cosas definitivamente a veces no resultan, pero hasta en los días más negros hay algo que se rescata. Y es que en el intermedio de los dos actos, el candidato del PRI fue calurosamente acogido en una comida que tuvo dos invitados ‘un poquito polémicos’. Nos referimos al diputado Elpidio Concha y al dirigente Jacinto Pineda, “El Diablo” quienes estuvieron involucrados en el asesinato del profesor Serafín García ocurrido durante la campaña del tricolor de 2004 en Huautla. Los dos personajes hábiles para los palazos, no podían dejar pasar la oportunidad de mostrar su apoyo al decaido Peña Nieto… pues para qué están los cuates.
