Después de cinco días de protestas, en los que se estima murieron alrededor de 30 personas, el Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció la revocación de las reformas en materia de Seguridad Social que provocaron que las personas salieran a las calles a mostrar su descontento.
Las reformas fueron impuestas a través de un decreto por Ortega el miércoles. Estas buscaban reducir las pensiones en un 5 por ciento y aumentar las contribuciones de trabajadores y empresas como medida para rescatar al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), al pretender recaudar con esta medida cerca de 250 millones de dólares de empresas, trabajadores y jubilados.
Las protestas rápidamente se tornaron violentas cuando el gobierno desplegó elementos policiacos y miembros del ejercito para contener las manifestaciones en las que participaban trabajadores, jubilados y estudiantes, principalmente.
“Me manifiesto porque quiero una Nicaragua sin dictadura. No es justo que nuestro país siga sufriendo por un Gobierno que reprime, que no respeta los derechos de las personas”, dijo Erik Rocha, un joven de 22 años, en una manifestación en Managua, según El País. “Aquí no hay diálogo como lo pidió el presidente, es una estrategia para seguir burlándose del pueblo”, continuó.
En el mensaje que emitió Daniel Ortega a los ciudadanos de Nicaragua, aceptó que las medidas tomadas no tuvieron “viabilidad” y que fueron las responsables de crear lo que él llamó una “situación dramática”. Además dijo que lo que buscaba era “evitar el derramamiento de sangre sin sentido” en el país. “Todos queremos que cese la violencia”, mencionó Ortega.