Ojalá que no, pero la orden dada por el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, es augurio de que habrá escenas lamentables protagonizadas por las personas que forman parte de la caravana migrante y las autoridades del país centroamericano.
Luego de que la caravana –integrada por aproximadamente 3 mil personas– rompiera el cerco de seguridad impuesto en la frontera Guatemala-Honduras, el presidente Giammattei ordenó la captura de todos los inmigrantes que hayan entrado de manera ilegal a Guatemala… ¿todos?
“En este momento se ha dado la orden que sean detenidos en territorio guatemalteco todos aquellos (hondureños) que hayan entrado ilegalmente“, informó el presidente Alejandro Giammattei en mensaje a la nación.
De acuerdo con el presidente de Guatemala, los miembros de la caravana migrante serán detenidos por no cumplir con las normas establecidas para el ingreso de personas extranjeras a su país, además de no respetar los protocolos de salud que su gobierno estableció para evitar contagios de COVID-19.
“No permitiremos que algún extranjero que está utilizando métodos ilegales para ingresar a este país crea que tiene derecho de venir a contaminarnos y ponernos en grave riesgo“, advirtió el presidente de Guatemala.
Presidente de Guatemala dice respetar el derecho humano a migrar… pero no como lo hace la caravana migrante
Tras meses de mantenerlas cerradas, para evitar la propagación del COVID-19, el gobierno de Guatemala reabrió hace dos semanas sus fronteras. Al hacerlo, indicó que todo extranjero que intente ingresar a su territorio tendrá que comprobar no ser portador del coronavirus, esto con el fin de “garantizar la salud de todos los guatemaltecos”.
Al darse a conocer el inicio de la marcha de la caravana migrante, el gobierno de Guatemala reiteró que una principal condición para permitir el ingreso a su territorio es mostrar algún documento que comprueba que no se es portador del Sars-CoV-2…
Pero, obviamente, a los miembros de la caravana migrante lo que menos les preocupa ahora es la pandemia: son gente que deja sus hogares no por gusto, sino por falta de empleos y, en algunos casos, huyendo de la violencia que prevalece en sus lugares de origen.
Aunque dijo respetar el derecho humano de migrar, el presidente de Guatemala enfatizó en que su gobierno “no será tolerante cuando se haga de forma violenta e ilegal”, como sucedió ayer por la tarde, cuando la caravana migrante consiguió romper el cerco y entrar sin pasar por revisión.