No lo culpen: ¿para qué seguir la aburrida misión del Poder Judicial (ya saben: garantizar y ser responsable en la impartición y administración de la justicia?), si lo que rifa y es más divertido es el caos… porque, ¿saben qué tiene el caos? Que es justo (o al menos eso dice ese personaje de aquel excelente documental llamado The Dark Knight.
El caso es que el presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, quiso poner algo de acción en las calles, al dejar en libertad nuevamente a dos supuestos delincuentes que fueron detenidos con armas de fuego y estaban siendo buscados por robo y asalto.
Luis Carlos Vega Pámanes (nombre del héroe en cuestión), intercedió ante Secretario de Seguridad de Guadalajara, Salvador Caro, para la liberación de los delincuentes… y dado que el buen Caro se puso fresa, Vega Pámanes acudió a otras instancias para evitar que los detenidos fueran entambados. “Bueno, seguro tanta defensa es porque los sospechosos eran evidentemente inocentes… ¿no?”, dirá alguno de nuestros lectores. Pues no, la vehemente defensa tenía otra cosa de trasfondo:
“Lo que pasa es que yo conozco al señor. El señor ese es muy amigo de un grupo empresarial aquí”, alegó el magistrado… por pedido del “patrón” de los detenidos, un buen hombre dedicado a la “compra y venta de vehículos”.
Por lo anterior, Enrique Alfaro, alcalde de Guadalajara, denunció a Vega Pámanes ante la Procuraduría General de la República por delitos contra la administración de Justicia; ahora será la Procuraduría la encargada de ver qué hace con el funcionario en cuestión… a ver si no llega alguien más a querer hacerle la balona.
Los sujetos a los que defiende el máximo representante del Poder Judicial de Jalisco fueron detenidos el pasado 29 de julio, asegurando ser elementos de una empresa privada de seguridad… lo cual justificaría (en parte) las armas que cargaban al momento de ser apañados en las afueras de un banco: una pistola Smith & Wesson, matrícula PAL 8090, abastecida con un cargador y 10 cartuchos útiles calibre .9 milímetros y una pistola con cargador y cartuchos calibre .380 de marca no identificada.
Víctor Manuel Andalón Zaragoza y Víctor Emmanuel Andalón Ramírez (nombre de los detenidos, de 43 y 22 años), no estuvieron mucho tiempo bajo seguridad de las autoridades: una llamada de Vega Pámanes fue suficiente para que los susodichos fueran llevados a la Fiscalía de Jalisco donde, aunque se les inició carpeta de investigación, quedaron libres.
