Por Diego Castañeda

El lunes de la semana pasada el índice bursátil Dow Jones tuvo una caída de 1175 puntos, la caída en números absolutos más grande de todos los tiempos y este jueves cayó otros 1033 puntos, la segunda caída más grande. ¿Debemos esperar lo peor? ¿O acaso esto es normal?

Lo primero que debemos hacer es poner estos números en perspectiva. Si bien en números absolutos son caídas enormes, cuando se ven en porcentaje son apenas de 4.7 y 4.2 por ciento, respectivamente. Para ponerlo en contexto, vale recordar el famoso lunes 19 de 1987, mejor conocido como el lunes negro, en que el Dow Jones cayó en 22.6 por ciento (apenas 508 puntos del índice de esa época). El Dow Jones hoy tiene un valor más de 10 veces superior al de esos tiempos así que hoy en día perder 1000 puntos es en realidad una caída pequeña.

Dow Jones
Imagen: Shutterstock

Dejando esto claro, no es una señal del fin del capitalismo ni del colapso de la economía de Estados Unidos ni obra del Imperio Galáctico ni el apocalipsis zombie. Es solamente la respuesta a los cambios fundamentales de la economía de Estados Unidos, el muy largamente esperado retorno a la normalidad económica en aquel país.

Lo que motiva esta “corrección”, como algunos la llaman, son las noticias sobre el incremento de costos laborales (los salarios) en Estados Unidos y los reportes sobre la tasa de desempleo. Estados Unidos está llegando a una tasa de desempleo que suele ser llamada por los economistas como “tasa natural de desempleo”, la cantidad de desempleo que se le puede atribuir al desempleo friccional (las personas que se encuentran cambiando de trabajo y en el momento no laboran) y el desempleo estructural (el desempleo producto de cambios estructurales, como el cambio tecnológico). Generalmente, la tasa natural está por debajo del 5 por ciento en Estados Unidos. Otra forma de ver la tasa natural es como el desempleo cuando se considera que la economía ya está operando a un nivel de “pleno empleo”.

¿Por qué la disminución del desempleo y aumento de salarios tiraría la bolsa?

La razón es simple, el incremento de los costos laborales y el supuesto de que la economía ya se encuentre en pleno empleo es una señal de que por fin se aproximan los tiempos de la normalización de la política monetaria en Estados Unidos; es decir, el fin de su expansión monetaria y las tasas de interés muy bajas durante ya casi 10 años. Si a esto sumamos que la administración Trump adoptó medidas de política fiscal expansivas (mayor gasto, inversión, menores impuestos), como resultado se espera que la economía pueda “sobre calentarse”, que la inflación incremente más rápido. Por lo tanto, los mercados esperan que la normalización monetaria sea aún más rápida, con subidas de tasas de interés de forma más agresiva.

caída de la bolsa de valores
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Tasas de interés más altas significan que el dinero es más caro, tener liquidez se vuelve más caro (pues tener el dinero en el banco a una tasa de interés más alta tiene un costo de oportunidad mayor) y, por lo tanto, invertir se vuelve un poco menos atractivo.

Este ajuste macroeconómico se ve aumentado por otra razón inherente a las empresas que cotizan en los mercados bursátiles de Estados Unidos: la estrategia de recompra de acciones que siguen. Durante los últimos 10 años, por la enorme liquidez en el mercado, las empresas han encontrado muy barato el financiarse y han optado por una estrategia sui generis para crecer el valor de sus acciones: usar sus grandes cantidades de dinero para recomprar sus emisiones de acciones, haciéndolas más caras (por la mayor demanda) y así incrementando el retorno de los accionistas. Con dinero más caro esta estrategia se vuelve poco viable, ya que se esperan dos fenómenos: primero, que tasas de interés más altas traigan menor crecimiento en el mediano plazo; segundo, que sea más atractivo invertir en bonos gubernamentales, como los bonos del tesoro.

fluctuaciones en el Dow Jones
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De esta manera, la suma de estos efectos está moviendo dinero de los mercados bursátiles y los está canalizando hacia otros instrumentos de valor, como materias primas, papeles gubernamentales, etc. Esto explica la caída que observamos en el Dow Jones y en otros mercados bursátiles alrededor del mundo.

¿Debemos temer? No, es una situación normal, de hecho, es la primera vez en 10 años que realmente la economía mundial comienza a funcionar de manera “normal”, después de la crisis financiera de 2008-2009. Estos 10 años fueron el verdadero periodo de excepción y donde países como nosotros desperdiciamos oportunidades, por ejemplo, el dinero barato pudo permitir que la deuda que se tomara fuera barata y se concentrara en infraestructura y proyectos que fueran rentables. En lugar de ello, la deuda que se tomó terminó en todos lados menos en inversión pública.

Quizá lo que mejor resume el asunto del Dow Jones es un viejo adagio del mundo bursátil: “Bull markets don’t die of old age, they are killed by higher interest rates”.

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Diego Castañeda es economista por la University of London.

Twitter: @diegocastaneda

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