“Hicieron un mundo recargable”, se lee en el comunicado de la Real Academia de las Ciencias de Suecia en el que anuncian a los ganadores del Premio Nobel de Química de este 2019: el estadounidense John B. Goodenough, el británico Stanley Whittingham y el japonés Akira Yoshino. ¿Y esos quiénes son? Pues ellos hicieron posible que nos estés leyendo en este momento: son nada más y nada menos que los padres de la batería de iones de litio.
“Esta ligera, recargable y potente batería se utiliza en la actualidad en todas partes, desde los teléfonos móviles hasta computadoras portátiles y los vehículos eléctricos. También puede almacenar cantidades significativas de energía solar y eólica, haciendo posible una sociedad libre de combustibles fósiles”, mencionó el Premio Nobel en la premiación.
Watch the very moment the 2019 Nobel Prize in Chemistry is announced.
Presented by Göran K. Hansson, Secretary General of The Royal Swedish Academy of Sciences.#NobelPrize pic.twitter.com/PM8X2S3Zy4
— The Nobel Prize (@NobelPrize) October 9, 2019
Lo que hace todavía más padre esta historia es que estos químicos reconocidos no trabajaron juntos. Cada uno fue perfeccionando los desarrollos del anterior.
La Real Academia de Suecia destaca que las bases de la batería se sentaron en la década de los setenta. En ese momento, Stanley Whittingham comenzó a trabajar en el desarrollo de métodos que pudieran conducir a tecnologías energéticas libres de combustibles fósiles y terminó con una batería de disulfuro de titanio y litio metálico… la cosa es que era demasiado reactiva —y explosiva— como para que fuera viable.
Después de eso llegó el físico —alemán nacionalizado gabacho— John Goodenough a probar nuevos materiales. En una de esas probó que con el óxido de cobalto, con iones de litio, podía duplicar los voltios producidos.
¿Y al final? El japonés Akira Yoshino le entró con todo a los nuevos materiales para perfeccionar el desarrollo. Terminó utilizando un reactivo de litio en el ánodo y lo intercaló con óxido de cobalto y materiales similares al carbón para crear la batería que conocemos hoy: “una batería ligera y resistente que podía cargarse cientos de veces antes de que su rendimiento se redujera”, señala la Real Academia de las Ciencias de Suecia al entregar el Premio Nobel.
Las baterías recargables de litio revolucionaron el mundo.
Desde su ingreso al mercado en 1991 han comenzado una histórica transición hacia una sociedad libre de petróleo, sin combustibles fósiles y con menos desechos. Ahora, como parte de ese agradecimiento mundial, sus tres creadores tendrán un Premio Nobel de Química y 825 mil euros, que se dividirán en partes iguales.