Antes del 2000, se temía que terminara el mundo, pero también se predecía que los avances tecnológicos serían enormes y que nuestra vida parecería un capítulo de los Supersónicos.
Se pensó que tendríamos coches voladores, que habría aparatos de tele transportación y que la comida saldría de una pequeña capsula al echarle agua. Estos pensamientos se vieron reflejados en nuestra ropa y algunos accesorios, los colores “galácticos” o futuristas como el plateado o colores metálicos, eran una tendencia.
Antes de todo esto, en el siglo XIX, una empresa alemana de chocolate, sacó en cada una de sus cajas de dulces, una serie de tarjetas que ilustraban como imaginaban el futuro. A pesar de que ilustran el año 2000, se nota que la ropa sigue perteneciendo al siglo pasado, así como el paisaje. .
Esta máquina de rayos-x ayudaría a la policía a combatir el crimen ¿Cómo? No tenemos idea.
La tarjeta representa diferentes máquinas para volar. Ojala algún día se vuelvan realidad.
Casas móviles. Ya hay remolques y autobuses que parecen casas, pero ¿no sería increíble poder mover toda tu casa de lugar? Así te ahorras la mudanza.
Transporte aéreo. Bueno…ya hay aviones.
Transporte submarino como medio turístico (ya hay varios de estos) y también transporte para la superficie marina por medio de bicicletas (ya tenemos motos acuáticas).
Viajes al polo norte en globos.
Caminar sobre el agua mediante globos de aire caliente, en zapatos con forma de canoa, hasta el caballo tiene unas.
Vías con rieles para barcos ¿Por qué está en llamas? Ni idea
Ciudades techadas. Sería maravilloso para evitar las inundaciones en el D.F.
Situaciones en algún lado, proyectadas en tiempo real en un lugar diferente. Bueno, ya sabemos que esto ya es posible.
Cintas de transportación en las aceras. Como las del aeropuerto, pero en las calles, ¿suena medio peligroso no?
Máquina para crear buen clima. Sería lo mejor que podría pasar.