Uno de los últimos de la vieja guardia con los que contaba el PRD, ayer renunció al partido. Acusando que la nueva dirigencia es “absolutamente espuria”, que la coalición con el PAN viola los estatutos partidarios y que el instituto se ha convertido en una “central de negocios políticos”, Pablo Gómez anunció su salida del partido y, pa’ rematar, solicitó a los militantes y simpatizantes perredistas a hacer unidad electoral en torno a Andrés Manuel López Obrador (a que voten por él, pues).
Esta es la carta con la que Pablo Gómez anuncia su salida del @PRDMexico, partido del que fue fundador. pic.twitter.com/rehRYwhrzK
— Héctor (@JimenezLandin) 14 de diciembre de 2017
Durante su primer encuentro con los medios, el nuevo dirigente del PRD, Manuel Granados (¿quién?), señaló que Alejandra Barrales le dejó un partido unido y fuerte… sin embargo, Pablo Gómez apunta que quienes tomaron al Sol Azteca son dirigentes traidores, sedicentes e ilegales, que lo único que han hecho es entregar al partido del que alguna vez fue presidente al ahora precandidato del PAN, Ricardo Anaya. “Se le impone al PRD abrazar a un candidato enemigo de la izquierda y al programa neoliberal de la derecha contra el cual había luchado desde su fundación. Hay una entrega del partido a una corriente política adversaria”, acusó.
Se suma de lleno al proyecto de AMLO https://t.co/StoIL6QQq6
— El Universal (@El_Universal_Mx) 14 de diciembre de 2017
En carta dirigida a simpatizantes y militantes perredistas, Gómez señala que ya nada queda del partido que era el PRD hace algunos años: ni sus principios, programa o estatutos, todo por culpa de dirigentes que dieron una ilícita continuidad de mandatos. ¿Entonces por qué se va hasta ahora? Bueno, el exsenador dice que no abandonó al partido antes porque estaba empeñado en “impedir que el PRD se convirtiera, además de en una central de negocios políticos, en un partido sin objetivos nacionales, democráticos y populares, sin principios morales”. Así que, al fracasar en su última misión, mejor decide renunciar. “Ya es imposible hacer algo para evitar la caída del partido, la cual le está conduciendo a signar el certificado de su propia desaparición política”.
Pero bueno, no porque se muera el PRD quiere decir que se acaba la fiesta, ya que –apunto- la “infortunada muerte del instituto político” no debe debilitar a la ¿izquierda? mexicana… por ello, pidió apoyar al aspirante presidencial de Morena, a quien ve como el único “candidato a la Presidencia de la República del amplio espectro de la izquierda popular mexicana”. En resumen: uno más que deja al PRD para apoyar a López Obrador.