Lo que necesitas saber:
Un día después de la matanza de estudiantes del 2 de octubre, las primeras planas de los periódicos no hablaron de toda la verdad
“Los medios en México vivían en la Corte del Boletín, que otros llamaban la Orden del Sobre (en alusión al envase del subsidio gubernamental en efectivo)”, escribía José Carreño para describir los periódicos nacionales en los trágicos años cercanos al 68. Con eso en mente, imaginen cómo se veían las portadas de la mañana del 3 de octubre.
Al día siguiente de la matanza de Tlatelolco hubo de todo. Ese jueves —el 3 de octubre— los mexicanos leyeron a valientes periodistas que sí publicaron sus fotografías o moneros que se negaron rotundamente a dibujar. Sin embargo, otros vieron cosas distintas: titulares con mencionando “alborotadores” o diciéndole “francotiradores” a los estudiantes.
Un medio sin mucho tacto dijo que lo sucedido en la Plaza de las Tres Culturas fue un “Sangriento Zafarrancho”.
Así se vieron los periódicos esa mañana.
Excélsior salió con el titular: “Recio combate al dispersar el ejército un mitin de huelguistas”. También, el periódico de la capital hablaba del número de muertos en el día y la preocupación que había en el país por el tema de las Olimpiadas que vendrían 10 días después.
Novedades decía: “Balacera entre francotiradores y el ejército en Ciudad Tlatelolco”. También, hablaban de acuerdos sindicales, tratos comerciales y el ciclón que entraba a Sinaloa.
El Universal era más corto en su primera plana. “Tlatelolco, campo de batalla”, se leía en sus portada. Sin embargo sí tenía otro detalle oscuro. Junto al titular, un subtítulo decía: “Durante varias horas, terroristas y soldados sostuvieron rudo combate”.
La Prensa decía: “Balacera del ejército con estudiantes”. Al mismo tiempo, hablaban de la “sangrienta batalla” y tenían declaraciones del general Marcelino García Barragán, el secretario de la Defensa Nacional.
El Sol de México no dudó un instante en su titular: “Manos extrañas se empeñan en desprestigiar a México”. Además, afirmaban que el objetivo de todo era frustrar los Juegos Olímpicos que se celebrarían también en octubre. A eso, agréguenle que hablaban de “francotiradores” que atacaron a las tropas y ni se diga de los “cordiales llamados” del Estado o que el Gobierno había “abierto las puertas del diálogo”.
No envejeció bien su primera plana.
El periódico El Día decía que una provocación criminal había causado un “Sangriento Zafarrancho”. Mientras tanto, El Nacional tenía una declaración del general García Barragán en la que mencionaba que todo había sucedido porque el ejército había tenido que “repeler” a los francotiradores.
¿Y El Heraldo? Bueno, ellos recalcaban la “energía” con la que habían detenido a los “alborotadores”. Claro, también tenían en las primeras noticias que “el General Toledo había salido lesionado”.