Ni le demos vueltas al asunto: la situación de vivienda chilanga está complicada. Las rentas carísimas, los departamentos nuevos son impagables para una gigantesca parte de la población o el pequeño detalle —por decirlo amable— que millones de personas viven lejísimos de sus lugares de trabajo o estudio.
Vivir en la CDMX no es nada sencillo y ahora, una alianza con la plataforma Airbnb está generando bastantes dudas sobre el futuro.
Seguro han visto hilos de Twitter, reclamos en redes sociales o preocupaciones sobre la posibilidad de que suban las rentas, se privilegie a los extranjeros o que, simplemente, vivir en la CDMX se vuelva cada vez más inaccesible para los propios mexicanos.
Acá te contamos un poco cómo está la situación y algunas razones por las que vale la pena echarle el ojo —o revisar con la debida importancia— esta reciente alianza del gobierno capitalino con la plataforma Airbnb, los extraños “nómadas digitales” y el impacto que podría tener en las personas que vivimos en esta ciudad.
¡Córrela, Furcio!
El acuerdo entre CDMX y Airbnb
Primero lo primero, ¿de qué trata el mentado acuerdo entre CDMX y Airbnb?
En palabras breves, la empresa y el gobierno chilango se juntaron con la UNESCO para promocionar a la CDMX como un destino para el turismo creativo y los nómadas digitales. Aquí les contamos cómo está todo ese asunto, pero se refieren a personas que viven en México, pero trabajan a distancia —regularmente en sus países de origen, como Estados Unidos, Canadá o Europa.
¿Una parte importante? Como trabajan en sus países de origen, sus sueldos, al pasarlos a pesos mexicanos… ¡son altísimos!
Según el acuerdo firmado entre la CDMX y Airbnb su intención es que estos nómadas digitales se hospeden y paguen altos precios de renta en muchas partes diferentes de la Ciudad —que no solo sean las clásicas colonias como la Roma o Condesa, pues.
En la conferencia de prensa del Gobierno de la CDMX, la Secretaría de Turismo dijo que si tan solo el 5% de los nómadas digitales originarios de Estados Unidos —que se calculan como en 30 millones de pelados— llegan a trabajar aquí, pagarían mil 400 millones de dólares al año.
¿Suena truly magical? Pues ahora sí hablemos de por qué podría ser preocupante…
Muchas casas… en manos de unos cuantos
Una de las ideas más populares de Airbnb, al menos cuando comenzó aquella aventura digital, es que las personas estaban rentando un cuarto de su casa, o su departamento, solo por algunas semanas. Surgió como un ingreso extra o una manera de exprimirle una lanita a tu casa o, como les gustaba decirle, “economía colaborativa”.
Pero eso ha cambiado. Mucho. Ahora es todo un imperio en manos de unos cuantos.
Datos públicos de Airbnb (que encontramos gracias a especialistas como @LuisFelipeVe en Twitter) revelan que hay más de 14 mil hospedajes disponibles en nuestra CDMX que se tratan de departamentos completos. De esos, 2 de cada 3 están disponibles —mejor dicho: vacíos— durante 6 meses o más al año.
¿Quién puede tener tanto tiempo un departamento vacío? Pues se pone todavía más interesante —o preocupante.
Resulta que el 40% de todos los departamentos que tiene Airbnb en la CDMX pertenecen a anfitriones que tienen… ¡más de 5 casas en la plataforma! Rascándole se van a encontrar con el caso de un usuario que tiene más de 250 departamentos en renta.
Ustedes calcúlenle.
¿Eso quiere decir que me van a subir la renta?
No necesariamente, pero ahí viene algo rudo que surge de una simple pregunta: ¿a quién le prefieren rentar? ¿a alguien de la Ciudad de México o a un nómada digital con mucho mayor poder adquisitivo?
El Instituto de Estudio sobre Desigualdad —a través de su bella plataforma de Gatitos— reportaba una historia súper preocupante. El ingreso promedio que genera un departamento que se renta por Airbnb es de 17 mil pesos mensuales, mientras que una persona de la CDMX gana, en promedio, 3 mil 500 pesos mensuales.
Los caseros han visto que es más redituable irse a la aplicación que rentarle el departamento a cualquier chilango.
“Me sacaron del depa que rentaba para convertirlo en Airbnb”, es uno de los testimonios que reporta Gatitos contra la Desigualdad. “Mi casera me dijo, o puedes pagar lo que me pagarían de Airbnb… y pues era mucho”.
No necesariamente van a subir tu renta, obvio… pero las posibilidades de que la cosa se ponga complicada aumentan.
Si los caseros meten sus departamentos a Airbnb es posible que tu salgas o tengas que pagar más. O incluso, esto podría tener impactos en la posibilidad de comprar tu propia casa si todos los departamentos nuevos en CDMX, se cotizan como oportunidades de negocio en lugar de una vivienda.. Suena a una bolita de nieve compleja, ¿no?
Otras ciudades del mundo luchan contra este problema
Ciudades de todo el mundo luchan contra la problemática de Airbnb y sus departamentos fantasmas.
De acuerdo con un conteo de la BBC, ciudades como Ámsterdam prohiben largas estancias, en Barcelona dejaron de emitir licencias de rentas, en Berlín necesitas pasar revisiones o en Nueva York y París pusieron límites en el número de días que los departamentos pueden ser rentados a través de Airbnb.
En Singapur, por ejemplo, todas las rentas tienen que ser mayores a 6 meses.
Y ahí es donde está el detalle del reciente acuerdo de Airbnb con el Gobierno de la CDMX que negó las problemáticas como el aumento de rentas. “No tenemos conocimiento que esté asociado al Airbnb, sino que Airbnb está llegando a lugares que de por sí ya tenían rentas más altas”, dijo Claudia Sheinbaum al decir que iniciarían —apenas— una revisión sobre los precios de las viviendas en la capital.