El hashtag que todos hemos usado: #Yamecansé, creado de manera involuntaria por el procurador Jesús Murillo Karam tras la conferencia de prensa efectuada el 07 de noviembre del presente año, desapareció abruptamente el día de hoy.
#Yamecansé encabezó la tendencia en Twitter durante 26 días, y juntos, quienes lo usamos para expresar nuestro descontento con la presente administración logramos más de 4 millones de menciones. El día de hoy, desapareció de la lista de TTs nacionales, pero incluso así sigue registrando una conversación enorme, es decir que varias personas lo mencionan en sus tuits de manera natural e interactiva. La caída fue tan abrupta (de no caer de los primeros tres lugares en horarios diurnos a no figurar en una mañana de alta actividad en Twitter) que resultó verdaderamente sospechosa.
Las formas de reprimir el derecho a la libertad de expresión también están mutando: las nuevas armas de los que no quieren que nuestra voz se escuche son los bots.
¿Cómo funcionan los bots?
En el mundo virtual existe literalmente un ejército de cuentas automatizadas que se encargan de echarle porras al gobierno y atacar las conversaciones de la gente, evitando que se comuniquen.
Son miles de cuentas de personas inexistentes que se han encargado en el pasado de censurar temas, atacar hashtags de los que habla la gente y evitar que se vuelva Trending Topic.
¿Cómo funciona esta censura?
Twitter analiza con un algoritmo qué tendencias aparecen como Trending Topics. Lo básico para ser TT es que genuinamente se trate de una conversación real: formando redes orgánicas e interacción. Sin embargo, una red de bots no genera estas redes porque mandan mensajes automáticos de SPAM que diluyen el contenido. Los bots no se comunican entre sí y repiten hasta el cansancio un contenido. Ellos nos se comunican y Twitter decide, con la ayuda de un programa, que la tendencia no es natural: que no se trata de un conversación real, por muchos tuits que existan.
La actividad de los bots consiste en llenar de tuits inconexos y poco naturales una tendencia para que Twitter lo registre como un hashtag no natural y lo baje de las listas de TTs donde, idealmente, deberían figurar sólo aquellas tendencias que son producto de las conversaciones reales de los usuarios. De esta manera las tendencias de protesta son literalmente encapsuladas y no logran ser visibles porque el público interesado se encuentra con miles y miles de mensajes sin sentido ni coherencia.
En general, cuando Twitter registra una actividad que no parece una conversación real (los que mandan los tuits no se contestan, no se retuitean, nadie lidera la conversación, nadie entra en polémica con el mensaje, etc.) saca de la lista de TTs una frase o hashtag.
#YaMeCanse casi no tiene bots… Jaja pic.twitter.com/B0ZePJZk02
— El Panda (@inge_panda) diciembre 1, 2014
¿Qué pasó con #Yamecansé? Sabíamos que #Yamecansé había nacido de forma natural, así que sólo había dos opciones: o bien, los directivos de Twitter lo habían bajado a la mala, o bien, alguien había pagado una actividad bot tan grande que incluso había eclipsado la conversación real que había convertido a éste en uno de los TTs más duraderos de la historia. Distintas gráficas habían demostrado que el hashtag seguía en uso, pero no revelaban de qué clase era la mayoría de los tuits, ya sea naturales o tipo bot (repeticiones incoherentes del hashtag en un tuit, contenido basura, provenientes de cuentas sin actividad natural, etc.)
¿Quién dice que no existe la represión y censura digital? Tormenta de Bots para desaparecer el #YaMeCanse pic.twitter.com/f3JKgE2QA6 — Sopitas (@sopitas) noviembre 25, 2014
Como verás, en el centro de este video, en el que los chicos de @LoQueSigue_ grafican la actividad tuitera en torno a #Yamecansé, aparece una red de puntos: ésa es la conversación natural en la que los tuiteros usan el hashtag de manera interconectada. Muy pronto aparece una especie de cinturón de puntos que no presentan una conexión entre ellos: estos son los bots, que son inconexos y cuya actividad hizo a Twitter decidir que la tendencia no estaba siendo ya sostenida por una conversación natural y lo tiró.
La pregunta, naturalmente, es ¿quién tiene los recursos para generar una actividad aún más grande que una de las conversaciones reales más importantes en la historia de Twitter?, ¿quién tiene los recursos para realizar uno de los más grandes ataques a la libertad de expresión de los que se tenga registro?
Con información de: Loquesigue