Lo que necesitas saber:
Cada que hay un microsismo en CDMX, sobre todo si se siente fuerte, aparecen muchas preguntas. Pásenle a lo barrido.
La mañana de este 12 de diciembre nos sorprendieron 3 sismos con epicentro en la CDMX, específicamente en la zona de la alcaldía Álvaro Obregón.
Si bien no tuvieron magnitudes elevadas, no tuvieron mucha profundidad por lo que en el sur se sintieron con fuerza. Pero ¿por qué hay sismos en CDMX? ¿está temblando más? Vámonos por partes.
¿Siempre a habido sismos en CDMX?
Lo primero que hay que decir es que el Valle de México está atravesado por una serie de fallas que cuando se activan por acumulación de fuerzas dan lugar a sismos locales. Así lo explica Luis Quintanar Robles, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica.
Ojo con esto: la sismicidad en la CDMX es producto de la activación de esas fallas y la interacción del suelo con la geografía circundante, pero no es resultado de la tectónica de placas de la costa del Pacífico.
Y es que, sabemos, que México está atravesado por varias platas tectónicas (la Norteamericana, la del Pacífico, la del Caribe, la Cocos y Rivera). Este mapa geológico, por ejemplo, muestra las fallas identificadas en el terreno de la CDMX.
Si bien los sismos con epicentro en la CDMX han sido una constante desde que el Valle de México se formó, no siempre fueron percibidos porque no había sensores para detectarlos, porque no siempre son intensos o porque no siempre la capital fue tan densa.
Ahora bien, generalmente los sismos locales son de magnitud baja debido a que la longitud de las fallas que los originan no es tan grande como las que están en las costas del Pacífico.
Además, hay que sumarle otro asunto. Cuando un sismo de gran magnitud ocurre fuera del Valle de México, sobre todo en el Pacífico, el subsuelo de la CDMX resiste la llegada de las ondas, lo que puede ocasionar que pequeñas fallas que ya existían se activen y provoquen microsismos que se sienten después.
Desde hace miles de años estas fallas en el subsuelo del Valle de México existen, por lo que los microsismos nunca han dejado de presentarse solo que ahora la población es más sensible a ellos.
Hay un claro aumento de los sismos en CDMX… ¿no?
En realidad no. El experto de la UNAM, con quien platicamos hace algunos ayeres, nos explica que si bien los sismos con epicentro en CDMX han estado siempre presentes, ahora la población siente que hay más que antes y esto puede ocurrir por dos cosas.
- Antes había menos población viviendo en CDMX por lo que un temblor de baja magnitud pasaba desapercibido o era percibido por menos personas. Ahora que el Valle está densamente poblado, se percibe por una parte de la población proporcionalmente mayor.
- Antes solo se contaba con una estación sismológica, la de Ciudad Universitaria. Ahora el Servicio Sismológico tiene 30 estaciones de banda ancha en el Valle de México. Eso además de las decenas de estaciones acelerográficas que maneja el CIRES y el Instituto de Ingeniería.
La Red Sísmica de la CDMX permite monitorear las localizaciones casi en tiempo real, las aceleraciones o intensidades de los sismos.
Entonces ¿por qué no suena la alerta sísmica con estos sismos en CDMX?
El objetivo de la alerta sísmica es poder darnos tiempo de ventaja entre que ocurre un sismo y las ondas del sismo llegan a la CDMX. Por ejemplo, si tiembla en Guerrero, la alerta sísmica comenzaría a sonar en cuanto detecte el movimiento en la costa y nos daría chance de evacuar en lo que la onda de movimiento llega a la CDMX.
¿Cuánto tiempo hay de ventaja? Depende por completo de la zona del epicentro pero se considera que el intervalo de tiempo es de 20 y hasta 120 segundos.
Si por ejemplo, tiembla en Michoacán, la CDMX tendría un margen de 100 segundos desde que suena la alerta hasta que tiembla.
Pero cuando el sismo tiene el epicentro en la CDMX, no hay tiempo de ventaja. Cuando comienza el movimiento, en cuestión de milisegundos ya lo estamos sintiendo.
Cuando el sismo ocurre bajo nosotros no hay tiempo de ventaja para poder alertar, entonces la alerta sísmica no se activa. No tiene sentido.
El Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (que es el que creó y opera la Alerta Sísmica) explica que no existe tecnología en el planeta que alerte con anticipación sismos que ocurren debajo de donde vivimos.
Claro que estos sismos se detectan y se miden, pero no hay manera de alertar. Y si están pensando en “por qué no inventan algo que adivine que un sismo con epicentro en CDMX va a ocurrir para que nos avise con tiempo”, no hay manera de predecir un sismo. No existe.
Pero ¿un sismo en CDMX podría ser muy fuerte?
Las probabilidades existen, pero son muy bajas. El experto de la UNAM explica que los sismos en CDMX además de ser de baja magnitud, son muy superficiales. Es decir, no alcanzan más allá de los 5 o 10 kilómetros de profundidad.
A diferencia por ejemplo de los costeros que pueden alcanzar una profundidad de hasta 20 o 50 kilómetros.
¿Pueden ser peligrosos? Pues en cierta medida sí. Un edificio construido como se debe está diseñado para resistir el movimiento, sobre todo si es de baja intensidad.
Pero en construcciones muy viejas o con irregularidades, claro que hay un riesgo de daño estructural. Es por eso que si después de un sismo, aunque sea microsismo, evacúa y fíjate en si observas algún tipo de daño. Acá mero te contamos cómo.
Va otro dato buenazo: el subsuelo de Ciudad de México se divide en tres zonas: del lago, de lomas y de transición.
En la zona del lago (Oriente) los temblores, principalmente los que provienen de fuera del Valle de México, se sienten con una mayor intensidad y duran más que en la zona de lomas (Poniente).
Los sismos locales tienen una magnitud tan baja que la probabilidad de que ocasionen el colapso de una construcción es mínima.
Si quieres saber cómo funciona la Alerta Sísmica, acá te dejamos una charla que nos aventamos con el ingeniero Juan Manuel Espinosa Aranda, director del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES).