El líder sindical de uno de los sindicatos más poderosos del país podría no haber sido la persona más feliz el día que se enteró que su sindicato no tendría un asiento en el Consejo de Administración de Pemex (cuando antes tenían 5 miembros en dicho Consejo), pero eso no hizo que protestara o se enojara con el Gobierno de Peña Nieto.. ni siquiera que dejara de sonreír, y eso es porque, probablemente, él sea más feliz que tú (o que nosotros) ¿por qué decimos esto?

Imaginen que después de ser uno de los ejes directores de Pemex un día un grupo de gente legisla y te dice «nel, ya no juegas» ¿cómo hubieras reaccionado? cualquiera hubiera sacado a todos sus trabajadores a las calles y hubiera saboteado al país en lo que sería el berrinche más grande de la política mexicana del siglo presente (paralizando la industria energética, la que mueve al país…a donde quiere). Pero esto no pasó, no pasó ni siquiera una queja o una mala palabra (ni siquiera les pinto dedo, para acabar pronto) Pero ¿por qué?¿por qué Deschamps no está enojado? ¿es que acaso ya aprendió a que sus acciones podrían estar entorpeciendo a Pemex?¿es que ya se resignó a que ya no paseará a los perritos de su hija en un avión jet, por lo menos no tan seguido como ella quisiera? ¿es que acaso los sindicatos ya no serán utilizados como armas políticas para comenzar a ser únicamente plataformas para defender los intereses de los trabajadores?

Pues la respuesta muchos de ustedes ya la intuyen, según la Gran Alianza Nacional Petrolera, Romero Deschamps es dueño de diversas compañías que prestan servicios a Pemex (no, no es Oceanografía, esa era de los hermanos Bribiesca Amado Yáñez), por lo que no sólo es líder del gremio, además en contratista, es decir, patrón y quien ve por los derechos de los obreros frente al patrón… ¡Es todo! ¿a ustedes no los haría feliz la omnipresencia, sobre todo a la hora de hacer negocios?

Según La Jornada, esta organización afirma que Deschamps tiene prestanombres, quienes estarían en la dirección de diversas empresas que se dedicarían a prestar servicios a la paraestatal favorita de las amas de casa mexicanas (Pemex).

¿Y el Pemexgate?

¿No es lo que todo niño de nuestro país pregunta a sus padres cada vez que escucha el nombre de Romero Deschamps? Pues si no lo hacen deberían hacerlo, ya que se trató de uno de los desfalcos más escandalosos que sufriera nuestra querida paraestatal (recuerden chicos: «no olvidar jamás»).

Pero bueno, para que las nuevas generaciones no lo olviden, el Pemexgate fue cuando se descubrió que fondos provenientes del sindicato de Deschamps fueron utilizados para financiar la campaña a la presidencia del candidato priista Francisco Labastida (¿les suena?).

Naturalmente se quitó al líder sindical y se le castigó…no, esperen, no fue así, aún sigue en el poder (esto definitivamente lo hace en un ser más feliz que los mortales promedio).

Discurso de Deschamps

Si ustedes creían que el que todo el mundo supiera cómo se las gasta este señor sería un impedimento para que diera la cara y defendiera su estilo de vida, estaban muy equivocados, hace apenas dio un discurso en el que expresó que las prestaciones de los trabajadores de su sindicato «no son producto de negociaciones extrañas» y representan una «diluida correspondencia» a los ingresos que generan al erario.

No sólo la defensa de su modus vivendi es pobre, además es ofensiva, es como si los trabajadores de los otros sectores de nuestro país no merecieran una mejora en su situación solo porque no están laborando dentro del privilegiado sector energético (aunque podríamos preguntar si los trabajadores de otros sectores como el minero tienen una calidad de vida similar a las ganancias que le producen a los ricos magnates de la minería en México).

Además ¿quién ataca a los trabajadores? ¿No es él el que es objeto de críticas? Que los trabajadores tengan prestaciones y seguridad social está bien, ojalá lo tengan todos los obreros del mundo, pero ¿eso que tiene que ver con el escandaloso estilo de vida de sus hijos (por ejemplo)?

Aquí tenemos a su querida hija… ¿se ve como una persona feliz, no?

 

Denuncian la prácticas “desleales” de Don Carlos

En documento presentado ante la Presidencia de la República y la Secretaría de Gobernación y la de la Función Pública, la Gran Alianza afirmó que tiene documentado ante la PGR que Romero Deschamps ha cometido:

«hechos constitutivos de los delitos de enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y delincuencia organizada en agravio de Pemex y de la ciudadanía mexicana»

Además afirman que el líder sindical:

«se ha apropiado de la millonaria caja de ahorros con la venta de plazas y desviado fondos federales destinados al gremio, entre muchos otros ilícitos»

También hay denuncias en contra de Ricardo Aldama Prieto, ex tesorero y actual presidente del consejo general de vigilancia, y Manuel Limón Hernández, actual tesorero del sindicato.

Con todo lo que ha hecho y las veces que ha sido expuesto ¿no es para que estuviera preocupado por su situación?

No es que queramos igualar impunidad a felicidad, pero ¿acaso, no la justicia debería impedir que se diera este fenómeno? Al final del día, Deschamps es más feliz que nosotros no porque sea un optimista que solo ve el lado bueno de las cosas, sino porque el sistema está hecho para hacerlo feliz a él y no al mexicano promedio.

***Vía Milenio, La Jornada

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