Esta mañana te costó un poco más de trabajo levantarte. Quizá llegaste tarde al trabajo, tu acostumbrado café no sabe tan bien como debería y en general te la pasas bostezando y luchando contra la flojera mientras intentas concentrarte en tus labores. Miras el reloj y aun te faltan varias horas para que termine tu jornada, y peor aún, una eternidad te separa del próximo fin de semana.

Y es que… es lunes maldita sea.

Todos odiamos este día, sin embargo no sabíamos muy bien el por qué esta sensación. ¿Acaso no se supone que por venir de dos días de descanso y esparcimiento deberíamos estar mucho más vivarachos?

Para explicar mejor el motivo de que los lunes nos resulten tan fatídicos, un grupo de científicos de la Universidad Rush de Chicago realizó un estudio con el que llegaron a la conclusión de que los lunes sufrimos una especie de ‘jet lag social’.

Si recientemente has viajado en avión a otros lugares con husos horarios diferentes, sabrás que el jet-lag es una descomposición en el reloj interno de una persona producido por un cambio de horario abrupto. Pues bien, un desequilibrio similar ocurre cada lunes en nuestro organismo. Y es que el acostarte y levantarte más tarde puede dejarte demasiado cansado para comenzar el lunes con un rendimiento optimo. Incluso, este atontamiento a muchos les dura hasta el miércoles.

No necesitamos que el cambio sea muy drástico para descompensar nuestro reloj biológico, bastan sólo dos horas de diferencia entre nuestro horario semanal, con el del fin de semana, para que el lunes parezcamos zombis.

Algunos síntomas que delatan el jet lag social de lunes es una peor memoria, bajos tiempos de reacción y sensación de lentitud. No sé ustedes, pero yo lo padezco en este momento.

Todo esto lo intuyeron los científicos de la Universidad Rush, quienes realizaron una serie de pruebas pidiéndole a varios sujetos que presionaran un botón cuando vieran aparecer un objeto determinado en una pantalla. Durante el ejercicio, se descubrió que las personas son más lentas en las mañanas que por las noches, aunque el peor momento de coordinación física y mental ocurre los lunes por la mañana.

(Eso explica por qué llevo dos horas con esta nota y nomás no puedo acabarla).

“Durante el sueño del fin de semana las personas retrasan su reloj biológico, eso no sería un problema si no tuvieran que volver a cambiarlo apenas dos días después”, comentó Helen Burgess, investigadora principal del estudio.

El término ‘Jet-Lag Social’ fue acuñado por el investigador alemán Till Roenneberg, demostrando que con el tiempo, estos cambios constantes en los patrones de sueño también pueden hacernos más propensos al sobrepeso y al consumo excesivo de cigarros y cafeínas. El estudio más reciente de Roenneberg aplicado a 65,000 hombres y mujeres demostró que quienes cambian sus periodos de sueño en fin de semana, tienen tres veces más posibilidades de sufrir sobrepeso, que aquellos que mantienen el mismo horario durante los siete días de la semana.

Así que por increíble que parezca, si no quieren sufrir el lunes lo mejor será no levantarse tan tarde ni el sábado ni el domingo…

🙁

Ya quiero ver cuántos lo llevan a cabo. De cualquier forma, ánimo con este día. Y si su jefe los regaña, digan que el fin de semana hicieron un viaje relampago al extranjero… ya ven, se siente lo mismo.

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