Este 21 de mayo se celebra el Día del Politécnico, una fecha importante para la comunidad del IPN. Una fecha para gritar con enjundia el Huélum, para vestir con orgullo los colores o ya de perdida, para echarte la repetición del algún capítulo de A la Cachi Cachi Porra.
En este lado aprovechamos la fecha para recordar… ¿por qué tienen burro de mascota?
Aunque no hay una versión oficial, se dice —en el imaginario universitario— que todo sucedió sin querer. Bueno, que todo sucedió por la curiosidad de los primeros alumnos del IPN que se apañaron una burrita sin darse cuenta.
La historia va más o menos así:
Estaba por empezar 1936 y el IPN, que se fundaría oficialmente en enero de ese año, estaba buscando acomodar los terrenos aprobados por Lázaro Cárdenas en la exhacienda del Casco de Santo Tomás, cuando llegó el ingeniero Juan de Dios Bátiz —fundador de la institución— y le pidió a todos los alumnos que lo acompañaban que cercaran la mayor extensión posible.
Los jóvenes estudiantes se pasaron de tueste y a la hora de encerrar todos los pastizales, dejaron adentro de las nuevas bardas a una burra blanca.
El dueño fue a reclamar y se encontró con el ingeniero Batiz que —”con la gracia y picardía combinadas con la formalidad que lo caracterizaban”, cuenta el IPN— se ofreció a darle una lana y que la burra blanca se quedara como mascota de la naciente institución.
Con los años, le fueron agregando más detalles y por ejemplo, la llamaron, de cariño, Poli.
¿Y los colores? ¿De dónde salió el guinda y el blanco?
Ya que andamos en esas, otra de las cosas más características del IPN es su curiosa selección de colores. El guinda y el blanco van prácticamente de la mano con toda la comunidad y por supuesto, surgieron de la tradición del futbol americano.
La historia —que tampoco es oficial— recuerda que los alumnos del IPN jugaron la primera vez con uniformes blancos con verde.
Al año siguiente se tenían que mandar a hacer uniformes y decidieron votar para decidir los nuevos colores. Adoptaron el guinda y el blanco porque eran los colores de donde venían la mayoría de los jugadores: la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA), con sede en aquel momento en Ciudadela.
Tenían otras opciones —verde, amarillo, azul o morado—, pero esas se quedaron en otros equipos al interior del IPN.
El verde se lo quedaron los Cheyennes de la ESIME, el azul se lo quedaron los Lobos de la ESIA, el verde con amarillo lo podemos ver en la UPIICSA y los Búhos de Medicina usan el morado.