El dólar se ha encarecido estos últimos días. Hoy alcanzó su punto más alto: la divisa estadounidense se vende en precios que oscilan entre 13.8 y 14.11 unidades mexicanas. ¿Qué explica este comportamiento y cuáles serán sus consecuencias en la inversión en el ámbito energético?
La tendencia no es aislada. En América Latina, las principales monedas se vieron afectadas en los últimos días. El siguiente cuadro ilustra la pérdida que las divisas latinoamericanas en el último año, con Argentina a la cabeza.
Los analistas afirman que este fenómeno se debe a la especulación que ha generado el rumor de que la Reserva Federal estadounidense limitará las prestaciones a empresas privadas parta adquirir bonos de deuda tanto estatales como particulares.
En efecto, el mercado de dichos bonos es uno de los estímulo más importantes para el mercado de divisas internacional. Cuando un país o una empresa desean adquirir divisas de otra nación, pone a la venta un bono que representa una deuda en su moneda local. Así, por ejemplo, si México desea adquirir dólares, puede ofrecer un bono en pesos a algún comprador estadounidense. El comprador recibe un bono por una fuerte cantidad de pesos a cambio una moderada cantidad de dólares a manera de deuda. Así, el comprador adquiere pesos para invertir rápidamente en el mercado mexicano, con la condición de pagar a futuro la misma cantidad más la tasa de interés. México, por su parte, se hace rápidamente de una moderada cantidad en dólares libres para invertir en el mercado internacional.
La entrada de divisas estadounidenses fortalece a México pues le permite hacer compras a empresas del país norteño en su propia moneda así como establecer contratos con empresas que reciban dólares exclusivamente, como es el caso de refinadoras y petroleras de Medio Oriente. Cuando Maduro condicionó la importación de bienes en Venezuela con un duro proceso burocrático y en cantidades limitadas, evitó la entrada de dólares, lo que disparó el precio de ésta moneda y debilitó la economía nacional, pues volvía al país poco competitivo en el mercado internacional. Todo lo anterior nos da una idea general de lo importante que es el intercambio de divisas para la fortaleza económica de un país, aún si es bajo el esquema de la venta de bonos de deuda.
La crisis económica que en los últimos años azotó a buena parte del primer mundo le ha hecho apretarse el cinturón. Así, la administración estadounidense, siguiendo las recomendaciones de la nueva titular de la Reserva Federal, parece haber decidido limitar los incentivos gubernamentales a empresas privadas, lo que ha hecho que los inversionistas sigan las estrategia de limitar sus compras de bonos. De este modo, México se ha debilitado como dueño de dólares, lo que ha recortado su capacidad de compra en la bolsa, al tiempo que se vuelve menos atractivo en el mercado, lo que explica el abrupto debilitamiento del peso. Dicho de otra forma: irónicamente, la crisis económica estadounidense ha fortalecido al dólar frente al peso.
En su lucha por la hegemonía del mercado energético contra Rusia y la incipiente China, Estados Unidos buscó una serie de acuerdos con países de América Latina. La reforma energética mexicana ocurrió en ese marco. La administración de Peña Nieto se encuentra motivada por el resurgimiento económico que significaría para México la inversión estadounidense. No obstante, la desalentadora tendencia de retirar inversión, al menos en el mercado de bonos, obliga México a no poner todas sus esperanzas en inversiones estadounidenses, lo que explica su reciente decisión de cooperar con Lokoil, la segunda empresa petrolera más importante de Rusia.
Estados Unidos deberá reflexionar en torno a la severidad de los recortes que está por hacer en el campo de los incentivos a inversionistas privados, pues podría resultar en consecuencias más que indeseables para sus inversiones petroleras en México.
Pemex, por su parte, habría de considerar el marco de circunstancias en que se produce el fortalecimiento del dólar en nuestro país para buscar inversiones que vengan de países variados. Brasil ya ha abierto este camino, y ha buscado vender la idea de que los problemas que atraviesa su economía es fruto de la resaca crediticia de Washington y que no debe preocupar a los inversionistas de otras naciones.
Vía: CNN, Reuters, El País