Los escoceses votarán en un referéndum el 18 de septiembre para decidir si quieren seguir siendo parte del Reino Unido o si quieren su independencia.
Cuando te presentan a alguien que viene del Reino Unido, lo común es llamarlo inglés, si proviene de Irlanda del Norte, Gales o Escocia, la respuesta será “No soy inglés”. Como ya les habíamos comentado Escocia quiere separarse del Reino Unido.
El gobierno escocés espera formalizar su independencia en marzo de 2016, antes de las elecciones que se celebrarán en mayo de ese año, pero ¿por qué no se quieren?
Antecedentes.
Escocia comparte el sur de su frontera con Inglaterra, con quien mantiene una relación de mil años basada en resentimientos generados por tantas guerras.
El primer conflicto con el país vecino data de 1286 cuando se firmó el Auld Alliance. El entonces gobernante Eduardo I decidió invadir Escocia, justo en ese momento surge la figura del héroe nacional William Wallace (sí, el de la película), quien logró vencer al ejército de Eduardo I en la batalla de Stirling pero fue traicionado y ejecutado en 1305 en Londres.
Posteriormente las luchas entre clanes rivales siguen hasta 1314 con la batalla de Bannockburn, logrando la independencia escocesa hasta 1371, con la llegada de los Estuardo.
Las tensiones diplomáticas prosiguieron hasta 1543 cuando la regente de Escocia, María de Guisa, fue obligada a firmar los Tratados de Greenwich; la intención es que su hija, María Estuardo se casara con el hijo de Enrique VIII y facilitar la unión de los reinos. María de Guisa se echó para atrás, así que Enrique trató de hacer cumplir lo acordado con incursiones militares como la de 1544, en la que un ejército inglés entró en Edimburgo e incendió gran parte de la ciudad.
Con la dinastía de los Estuardo, ambos estados continuaron teniendo sus parlamentos e instituciones particulares durante el siglo XVII, lo que provocó tensiones internas, incluida una guerra civil. Hasta que, a finales de 1705, cuando la relación entre ambos países parecía que terminaría en guerra, comenzaron las negociaciones para formar Gran Bretaña.
Desde que se firmó el Acta de Unión en 1707, Inglaterra y Escocia son parte de un mismo reino: el Reino Unido. El pueblo escocés nunca fue partidario de la unión y durante la primera mitad del siglo XVIII hubo sublevaciones, así que la tensión entre ingleses y escoceses lleva miles de años.
A finales de los años noventa, el proceso de descentralización otorgó a Escocia cierta autonomía a través de un gobierno delegado, así que muchas decisiones se toman en el Parlamento escocés en Holyrood, Edimburgo; salvo en las materias reservadas al Reino Unido: impuestos, seguridad social, ejército, relaciones internacionales y otros indicados en la Ley de Escocia de 1998.
A pesar de sus diferencias, la corona británica ha apoyado a instituciones escocesas, por ejemplo, en medio de la crisis financiera de 2008, rescató a los dos grandes bancos escoceses, The Royal Bank of Scotland y Halifax Bank of Scotland.
El referéndum independentista.
En 2011 las elecciones escocesas fueron ganadas por el Partido Nacional Escocés (SNP) cuyo programa electoral fomenta la independencia de Escocia, por lo que se comprometió a celebrar un referéndum antes de que finalice su gestión (2016).
Así, el ganador de dichas elecciones, Alex Salmond, primer ministro de Escocia, propuso el referéndum sobre la independencia este 18 de septiembre. Elegir este año no fue por azar ya que se cumple el 700 aniversario de la Batalla de Bannockburn ganada por los escoceses frente a los ingleses.
En lugar de la tradicional opción sí / no, el referéndum propuesto plantea dos preguntas consecutivas para saber si los votantes quieren:
a)La independencia
b)Mayor autonomía
c)Ninguna de las anteriores.
Las campañas oficiales del ‘sí’ y del ‘no’ se forman alrededor de dos grupos: Yes Scotland y Better Together.
Postura de Inglaterra
David Cameron, primer ministro británico ha declarado que el parlamento británico es el que tiene que decidir sobre el referéndum. Aunque el gobierno del Reino Unido ha demostrado claramente su oposición, también tiene la voluntad de analizar la transferencia de poder a Escocia después del referéndum.
La Reina Isabel II quiere que Escocia siga siendo parte del Reino Unido.
Las cinco grandes preguntas que tienen que resolver antes de ser independientes.
Escocia es la tercera región más rica del Reino Unido. El descubrimiento de las reservas de petróleo en el Mar del Norte es una gran oportunidad económica, por ello, la campaña a favor de la independencia se basa principalmente en el crecimiento económico que esta nación tendría si no tuviera a Inglaterra de por medio.
Sin embargo, cuestiones como las cargas de la deuda y la calificación internacional de crédito, la moneda, las regulaciones bancarias y la gestión del petróleo del Mar del Norte parecen difíciles de abordar únicamente por Escocia y nos muestran los problemas que ser independiente conlleva.
1.¿Qué moneda adoptarán los escoceses?
El primer ministro escocés Alex Salmond dice que Escocia seguirá usando la libra. Sin embargo, los que deciden el uso de la moneda han descartado tal acuerdo, diciendo que expondría a los contribuyentes a los riesgos financieros de ser un país extranjero.
La Unión Europea podría insistir para que los escoceses acepten usar el euro.
Se esperá que el mercado fije el precio de la libra internamente antes de que Escocia sea independiente (lo cual está proyectado para el 2016). Las agencias evaluadoras indican que Escocia tendría una calificación crediticia inferior a la del Reino Unido.
2.¿Escocia será miembro de la Unión Europea?
Activistas independentistas dicen que sí, que Escocia pasaría automáticamente a formar parte de la Unión Europea, porque de hecho ya es miembro pero los altos mandos de la Unión Europea no están tan de acuerdo, según ellos, la pertenencia de Escocia tendría que ser aprobada por los 28 Estados miembros, Escocia tendrá que convencer a países como España, Bélgica, Italia o incluso el mismo Reino Unido para ser parte de la UE. Problemas similares pasarán con la OTAN y con los países miembros de la ONU.
3.¿Cómo podrá el resto del Reino Unido sobrevivir sin el apoyo proporcionado por los ingresos del petróleo de Escocia?
Los nacionalistas escoceses reclaman más del 80% de las reservas de petróleo de Gran Bretaña, ya que se encuentran dentro de las fronteras marítimas de Escocia, basan en los ingresos del petróleo y el gas el financiamiento de sus planes de gasto. Escocia tiene recursos para ser una economía potente. El ministro de Economía escocés, John Swinney, dice que la Escocia independiente podría convertirse en la sexta potencia económica del mundo. Para Swinney, “Escocia contribuye más al Reino Unido en impuestos de lo que obtiene en inversiones públicas”.
Pero, ¿cómo dividirán dichas reservas?, las estimaciones de las reservas restantes difieren ampliamente entre ambos territorios.
4.¿Cómo manejarán sus finanzas sin el apoyo del gasto público del resto del país?
Escocia es el hogar de grandes empresas del Reino Unido, algunos corporativos han insinuado que trasladarán sus operaciones al sur de la frontera si Escocia vota un “Yes Scotland” por la independencia.
5.¿Tendrán su propio ejército?
Escocia es el hogar de los submarinos nucleares del Reino Unido. Si Escocia se independiza deberá administrar un sistema fiscal independiente y el gasto público consistente, asumiendo nuevas responsabilidades que van desde la creación de su propio ejército hasta la entrega de pasaportes específicos.
Votación
Durante gran parte del año el voto fue en contra pero en las últimas encuestas el margen se ha reducido a tan solo seis puntos a favor de ser independientes (contemplando un margen de error).Hay una tendencia notable hacia una mayor autonomía en Escocia, aunque la plena independencia aún es poco probable.
Si yo votara con mi corazón, elegiría la independencia. Si voto con mi cabeza, me quedaría en el Reino Unido, declaró Tony Grogan, un escocés que reside en Canadá.
En una encuesta que el sitio YouGov llevó a cabo para el diario británico The Sunday Times, reveló que el 51% de los encuestados votarán “Sí” y el 49% votará “No”. Se encuestó a 1,084 votantes y se excluyó a los indecisos. YouGov señaló que las cifras mostraban “un empate estadístico”. El diario The Wall Street Journal, maneja una cifra distinta por uno o dos puntos porcentuales.
¿Qué consecuencias tendría la independencia de Escocia para el resto del mundo?
La unión política entre Escocia e Inglaterra podría ser abolida después de 300 años. El motivo separatista de los escoceses es que son una nación aparte, que cada nación tiene el derecho a su propio estado y el derecho a determinar su propio destino.
Esta funcionalidad en el corazón de Europa Occidental sentaría un precedente para legitimar movimientos similares a nivel mundial y forzar una reconsideración de lo que es una nación.
Es difícil imaginar cómo este precedente podría no conducir a un conflicto en algún lugar, no en las Islas Británicas, pero en algún lugar en el que el Estado existente podría estar menos inclinado a conceder el derecho a la libre determinación de un movimiento separatista.
Por supuesto, los separatistas en Escocia podrían no lograr su objetivo pero si Inglaterra y Escocia se divorcian, el derecho a separarse podría ser una costumbre internacional que despierte otros movimientos.
Nosotros también tenemos nuestra Baja California independentista.