Ahora, los que tienen crisis política son los estadounidenses, y es que, como les avisamos el día de ayer, hay todo un problema en el Capitolio para alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto federal.
Por primera vez en 17 años, el Congreso falló en conseguir un acuerdo sobre el nuevo presupuesto y se negó a extender el actual, es decir, no hay presupuesto y por lo tanto se deben suspender las actividades.
Cientos de edificios fueron clausurados y cerca de 800 mil funcionarios se quedarán temporalmente sin trabajo, además de que muchos otros laborarán sin salario.
Además, serán suspendidos la mayoría de los programas y servicios federales que se consideran «no esenciales».
Y todo porque los republicanos y los demócratas no se pueden poner de acuerdo sobre el presupuesto federal.
¿Por qué pasó todo esto? Bueno, desde siempre ha habido este tipo de pleitos sobre el presupuesto en este país. Pero este año el problema se agravó cuando los republicanos aprobaron un plan de presupuesto que requería profundos recortes en los gastos. Imagínense lo que pensaron los demócratas al momento de ver cómo serían financiados sus programas (como el Obama Care) los cuales tenían niveles de gasto muy bajos. La cosa es que los programas pueden salir si el tope de endeudamiento del Gobierno estadounidense subiera, pero los republicanos no van a permitir semejante cosa.
Se prevé que este apagón del Gobierno estadounidense dure entre tres días y varias semanas, según avancen las negociaciones (y si la ciudadanía no se enoja y empieza a presionar).
Pero no todo es seguridad, también siguen funcionando los trenes, el control aéreo, las pensiones de los veteranos de guerra y los programas sanitarios para los pobres.
Cada departamento o institución pública tienen un porcentaje de trabajadores que se consideran esenciales y otro que no. Los funcionarios que no se consideren esenciales tienen prohibido acudir a su puesto de trabajo.
Además la capital (Washington) sufre esta minimización de la operaciones del gigante del Norte, pues ella depende del presupuesto federal y un porcentaje importante de su población trabaja para el Gobierno.
«La capital del mundo libre [Washington]: Cerrada hasta nuevo aviso»
Y es que los museos y monumentos de la ciudad no podrán recibir a los turistas que llegan a ella. Esta ciudad podría perder hasta 200 millones de dólares al día por culpa de los problemas en el Congreso.
Pero todo esto empeorará si el Congreso no decide elevar el techo de la deuda (que es por lo que se originó todo este problema), si no se sube ese techo el Departamento del Tesoro no podrá pedir prestado para poder cumplir con todas las obligaciones del Gobierno, entre ellos el pago de los intereses de la deuda actual (piensen que si Estados Unidos funciona es por esta estrategia económica de endeudamiento).
Recordemos que Estados Unidos recurre al endeudamiento para poder seguir invirtiendo en cosas como Infraestructura (crear puentes, edificios) lo cual genera empleos y, así, los nuevos empleados pueden pagar impuestos, lo que, en teoría, debería cubrir la deuda inicial. Pero la economía estadounidense no está funcionando tan bien como todo el mundo cree, y el endeudamiento cada vez es mayor, he ahí que quieran poner un tope los republicanos.
La deuda de Estados Unidos ronda los 17 billones de dólares, es decir, 50 mil dólares por ciudadano estadounidense (hasta parece que aprendieron a endeudarse como ciertos gobernadores estatales mexicanos).
Pues es algo obvio, los trabajadores están molestos y temerosos por esta paralización (además de que no se les pagará los días que no laboren, aunque no sea su culpa).
Además todos los atractivos turísticos de Estados Unidos están cerrados, desde la Estatua de la Libertad en Nueva York hasta el parque Nacional Denali en Alaska. Y todo esto por un programa que podría hacer llegar la seguridad sanitaria a 48 millones de personas (ni siquiera es un seguro de salud universal, sólo es una iniciativa que podría hacer al programa de salud estadounidense menos discriminatorio y más accesible). Pero así son las cosas, y la ideología republicana permea a varios sectores de la sociedad que «temen» la «intrusión» del Gobierno en este sector.
También sufrirán otros sectores de la población, por ejemplo, el apoyo nutricional que se le da a mujeres, bebés y niños de bajos recursos se podría suspender (o disminuiría).
Según el Banco de América Merrill Lynch, el déficit podría aumentar. También la Bolsa de Valores estadounidense ha sufrido desde el día de ayer debido a este problema.
Mientras, Obama dijo que la paralización era algo «completamente evitable» y que tratará de convencer al Congreso estadounidense de que vuelva a sesionar.
Obama expresó en una carta dirigida a los trabajadores del Gobierno:
«Ustedes hacen todo esto en un clima político que, con demasiada frecuencia en los últimos años, los ha tratado como un saco de boxeo”.
“Esta paralización era completamente evitable. No debería haber ocurrido»
En esa misma carta que colocó en el sitio digital del Departamento de Energía echa la culpa a la Cámara baja, dominada por el partido Republicano.