¿Ubican esos chistes que no solo no dan risa sino que hasta te hacen enojar? Bueno, pues eso fue lo que sentimos cuando hicimos un recuento de las cosas que ha hecho y hará Grupo México por derramar 40 millones de litros de ácido sulfúrico (16 albercas olímpicas) en el río Sonora y el Bacanuchi.
Para empezar, los habían multado con 40 millones de pesos, pero esto no solo no cubría ni tantito el costo de los daños, sino que apenas significaba un 0.26 % de las ganancias de este grupo empresarial el primer trimestre de este año (15 mil 320 millones de pesos fue la ganancia tan solo ese trimestre).
Mientras tanto, los pobladores no tuvieron acceso a agua de ningún tipo por 12 días (ni para cultivar, no para sus animales) y tuvieron que depender de pipas. Además varias personas resultaron quemadas por las aguas del río y murieron muchos animales. Los alcaldes de varios municipios denunciaron que Grupo México no estaba realizando esfuerzos para ayudar a las comunidades.
Grupo México anunció la creación de un fideicomiso para resarcir los daños, lo indignante no es eso (cualquier ayuda es poca para los habitantes y la fauna y flora de esa región), sino que las acciones que ha tomado el grupo empresarial han sido mínimas y han estado dirigidas más para crear una pantalla de preocupación ante los medios, que realmente para ayudar en la región.
El fideicomiso es de 2 mil millones de pesos y, según el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, no implicará recursos fiscales del gobierno (menos mal) y es que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente denunció penalmente a Grupo México por el derrame de las sustancias tóxicas, generando, así, afectaciones a las actividades productivas de la región y la vida diaria de miles de sonorenses.
Pero las cosas no se quedan en el dinero, sino en la actitud del grupo empresarial.
Grupo México se ha comportado como si las personas que lo dirigen fueran esas caricaturas de empresarios fríos de las películas distópicas de ciencia ficción en las que ricos sin corazón ganan miles de millones y no les importa si sus acciones cuesta la salud y el bienestar de la población ( ya sabemos, suena a algo escrito por algún radical..pero es cierto).
Sus propios trabajadores (aquellos por los cuales tienen las ganancias que tienen) deben soportar respirar un aire que contiene en un 23 % polvo de cuarzo de sílice (10 veces más del límite máximo y por lo cual muchos se han enfermado de varias cosas relacionadas con la salud pulmonar). Así que la Cámara de Diputados les ha pedido que, bueno, si de favor les proporcionen a sus trabajadores respiradores de aire forzado o un suministro de aire con flujo continuo en vez de las mascarillas de papel que utilizan actualmente.
Además le solicitaron 72 medidas correctivas, pues las instalaciones no son seguras para los empleados. La mayoría son denuncias de los propios trabajadores.
Los números de Grupo México
¿No debería haber un castigo ejemplar para que las empresas entiendan que en nuestro país no será tolerado el ecocidio y el envenenamiento de los recursos vitales de los ciudadanos? Ya saben, para que sean más rigurosas con el manejo de residuos tóxicos y sustancias potencialmente dañinas.
El fideicomiso es de 2 mil millones de pesos es decir, poco más de 151 millones de dólares. Si lo contrastamos con las ventas de Grupo México en el 2013 (9 mil 357 millones de dólares) nos damos cuenta de que les alcanza para pagar fideicomisos para 62 desastres ecológicos más.
Además, por el lado fiscal están curados de espanto, pues en su informe de resultados del cuarto trimestre del 2013, Grupo México, nos indica que la aprobación de la Reforma Fiscal no les preocupa en lo más mínimo.
Este texto pertenece a un documento que es una especie de carta de presentación de la empresa a sus inversionistas. En ella, argumentan que la carga tributaria «no es significativa», es decir, no hay de qué preocuparse.
En ese mismo texto, Grupo México anuncia que aprobó una inversión total para el 2014 de 1, 282 millones de dólares para la ampliación de Buenavista, Sonora. Es decir que se está gastando más para ampliar la minera que provocó el desastre que para resolverlo.
Según el legislador David Pérez, Grupo México tardó 5 días en advertir a las autoridades del derrame y que éstas no supieron hasta que el alcalde de Arizpe les advirtió que su comunidad había sido afectada. Pero Grupo México niega que se haya retrazado.
La compañía primero culpó a las lluvias del derrame, pero luego reconoció que había varios defectos de mantenimiento en el tanque que contenía el ácido.
¿Por qué decimos que el castigo es ridículo?
Debemos sentar un precedente: en México somos felices de que vengan a invertir, pero una cosa es dar facilidades para la inversión y otra cosa es abusar. No basta con que las empresas generen empleos en el país, deben ser buenos empleos, bien remunerados, con prestaciones y con miras a que el empleador y el empleado colaboren (para tal cosa se necesita un respeto mínimo hacia las personas, por ejemplo, dándole elementos para que no mueran intoxicados por los residuos en el aire).
Si ustedes leen nuestra entrada Así se las gastan las mineras en México ¿cómo se las gastarán las petroleras? hacemos todo un recuento de la poca carga fiscal que tienen las mineras en el país (un chiste, no dan casi nada de dinero). No basta con que contribuyan al PIB nacional, la riqueza de las mineras (quienes explotan nuestros recursos naturales no renovables) debe ser la riqueza de la nación y esto se debe notar también en lo hinchadas que deberían estar las arcas de nuestros gobiernos (federal y locales).
El compromiso con el medio ambiente debería ser una prioridad. Es ridículo no darle un buen castigo a a Grupo México, porque con el castigo en dinero (que es mínimo) estamos, casi, dando el mensaje de que se pueden tolerar ecocidios si se tiene el dinero suficiente para pagarlos. Si alguien mata a una persona hay un castigo ejemplar para desmotivar a los demás (en teoría el dinero no debería impedir un castigo a un crimen de este tipo), pero si alguien perjudica sistemáticamente a muchísimas personas ¿no deberíamos también dejar claro que no se deberían tolerar este tipo de crímenes?
***Vía The Wall Street Journal
