Con el nombre de Michoacanazo se conoce a la detención de 11 presidentes municipales, 16 altos funcionarios y un juez el estado de Michoacán realizada por la Policía Federal Preventiva y el Ejército Mexicano el 26 de mayo del 2009 por presuntos vínculos con el crimen organizado. Éste fue el inicio de una historia que aún no tiene fin.
Durante el gobierno de Calderón, se desató la ola de violencia, por lo que decidió atacar frontalmente a los cárteles del narco en un guerra que, hasta el término de su mandato, había costado la vida de 70 mil mexicanos.
No fue la mejor estrategia, ya que decenas de miles de familias han sufrido por la terrible violencia desatada, pero, por otro lado, la nueva estrategia tampoco parece ser la más adecuada, debido a que ha afectado principalmente la imagen del gobierno.
En diciembre del 2012 el nuevo gobierno entrante de Peña Nieto cambió la estrategia de la guerra abierta contra el narco y manejó una imagen de que la violencia ya no era tan grave, para mejorar la percepción de violencia en el país. Sin embargo, la realidad muestra otra cosa: la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, la violencia desatada en Reynosa, el terror que sufrieron hace poco en todo el estado de Jalisco (cuando los narcos tumbaron un helicóptero del Ejército), la desaparición de 19 personas en Chilapa, Guerrero y recientemente la masacre en Tanhuato Michoacán, sólo pueden ser leídos, ya no en un marco de guerra contra el narco, sino en uno de descontrol del Estado, es decir, la gente tiene miedo porque el gobierno no controla la situación.
Todo lo anterior nos remite solamente a la percepción de las personas,esta ola de violencia está relacionada con acciones como la del Michoacanazo, donde se atacó a funcionarios públicos por sus supuestos nexos con el narco, teniendo como prueba principal el acervo de videos que quedaron en manos de la PGR, los cuales nunca se hicieron públicos.Los jueces que conocieron de esos casos desecharon la prueba, porque en materia penal el video no es prueba plena del delito, así que tuvieron que liberarlos.
Tengamos presente que la relación entre narcos y funcionarios, es justo la misma situación que produjo lo que sucedió en Ayotzinapa, seis años después del Michoacanzo.
¿No parece que la estrategia para eliminar este organismo simbionte que vive pegado al Estado mexicano debe centrarse en estos dos elementos? Claro que para que más civiles dejen de morir también tendríamos que ver las condiciones en las que todavía está funcionando el narco y porque sigue la gente uniéndose, no sólo la necesidad económica sino también un sometimiento (hay mucha gente que es obligada a participar en las actividades ilícitas de los cárteles).
La estrategia no debería de cortar cabezas únicamente, porque esto ha permitido la reorganización de los grandes cárteles y la radicalización de sus acciones, como pasó con Guerreros Unidos, con los Ardillos y con los Rojos, pequeñas facciones que se han peleado por regiones como Iguala o Chilapa.
El Michoacanazo inició algo a lo que todavía no pueden solucionar, ¿cómo podrán solucionarlo?
@plumasatomicas
