Con ganas de arrebatarle el título a EPN de “El presidente más botana”, AMLO tiro por viaje regala frases dignas de antología. Apenas se aventó la de “no hay mucha ciencia gobernar”… y ahora nos sale con otra que ya es utilizada por sus detractores como arma para criticar sus improvisadas acciones de gobierno.
En evento en el que se presentó la Estrategia Nacional de Lectura, el presidente intentó explicar los beneficios de ser un lector aplicado. Nomás véanlo a él: “por la lectura puedo improvisar”, presumió el presidente, para regocijo de Vicente Fox, Felipe Calderón y Javier Lozano (quienes no han tuiteado nada al respecto, pero nomás hay que esperar).
En más desarrollo de su idea, AMLO aclaró que eso de la improvisación lo usa, cual standupero, cuando se encuentra arriba del escenario… así, en lugar de tener que leer textos, se avienta frases domingueras construidas en friega dentro de su cabecita de algodón. De no hacerlo, explicó, se la pasaría escribe y escribe discursos, en lugar de poner a chambear. “Tengo que hacerlo así por mis actividades, me la pasaría todo el tiempo haciendo discursos y no me lo permite mi trabajo”, dijo.
Pues bueno… en otro asunto, AMLO señalo que la Estrategia Nacional de Lectura es encabezada por el Fondo de Cultura Económica y, básicamente, consiste en dejar los libros más baratos. “Baratos en el buen sentido de la palabra, porque son muy ricos en el contenido, pero son baratos porque cuestan poco“, dijo el presidente, dando dotes de su habilidad para improvisar.
¿Y cuáles son las lecturas de AMLO?
Ahh, pues leyó a los clásicos rusos Dostoievski y Tolstoi. De este último, aprendió “que solo siendo buenos podemos ser felices. Aprendí la importancia del fortalecimiento de los valores espirituales para salir adelante“.
Si quieren ser igual de felices que el mandatario, se recomienda leer Crimen y Castigo, La Guerra y la Paz, Esta es mi Fe y El Reino de Dios está en Nosotros… “esos dos libros (los últimos) me han servido mucho en mi formación espiritual”, señaló presidente.