La guerra y la diferencia de creencias puede llevar a dos pueblos a odiarse… y la música puede unirlos.
Eso pasó en la comunidad cisjordana de Hebrón, cuando un grupo de soldados pertenecientes a una unidad de élite del Ejército de Israel realizaban un patrullaje y escucharon música a un nivel muy alto. El escándalo provenía de una discoteca (como le dicen los chavo-rucos), por lo que entraron a poner orden.
Sin embargo, una vez en el interior del tugurio decidieron unirse a la fiesta y se pusieron a bailar con varios palestinos. Un video difundido por Channel 2, cadena de televisión israelí, muestra al menos a dos soldados conviviendo con sus supuestos enemigos. En algún punto uno de ellos hasta es cargado en hombros y aunque traía un arma, esto no fue impedimento para que también le bailara.
¿Y qué canción es la que puso a todos tan contentos? ¿Pues cuál más? ¡El ‘Gangnam Style’!
Así estuvo el bailongo, hasta parecía el Noa-Noa:
A raíz de la difusión de estas imágenes, el ejército judío ya abrió una investigación para determinar qué hacían estos soldados. De acuerdo al diario The Jerusalem Post, este incidente ha sido calificado como “de máxima gravedad”.
Lo bueno: se comprobó que aun entre pueblos en conflicto, pueden haber muestras de hermandad y alegría espontáneas.
Lo malo: Estos soldados podrían ser sancionados duramente, por lo menos se hubieran quitado el uniforme.