Ya que no da chance de que la banda lo cabulee a gusto, porque luego de que publica alguna babosada en Twitter, minutos después la borra, grupos independientes han demandado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump y a toda su oficina.
De acuerdo con Reforma, la costumbre del republicano de borrar sus mensajes podría constituir una violación a la Ley de Registros Presidenciales, la cual –como su nombre indica– exige que sean preservados todos los registros de comunicaciones establecidas por el Ejecutivo.
Los demandantes son la organización Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington (CREW) y el Archivo de Seguridad Nacional (NSA), quienes por medio de un comunicado señalaron su preocupación por la práctica del mandatario. Como base de su demanda, indican que hay informes de prensa en los que se apunta que Trump y su equipo en la Oficina del Presidente usan rutinariamente aplicaciones cifradas como Signal y Cofide, las cuales borran automáticamente los mensajes después de determinado tiempo. Esto, además de no dar chance de cargarle pila a placer, evita que los mensajes sean archivados para su futuro acceso público. “Al borrar esos mensajes, la Casa Blanca está destruyendo registros históricos esenciales”, advirtió Noah Bookbinder, director ejecutivo de CREW.
Para que vea EPN que él no es el único mandatario que se siente espiado, en Estados Unidos todos los registros de comunicaciones del presidente son guardados. Eso sí, la ciudadanía no tiene acceso a ellos mientras esté en funciones… pero una vez que sale (bueno, en realidad son cinco años después… o 12, en caso de que la información sea confidencial) la Ley de Registros Presidenciales obliga a hacerlos disponibles.
Aunque las organizaciones demandantes comprenden que Trump tiene que borrar algunos tuits porque la ortografía no es lo suyo, señalan que también tiene la costumbre de borrar algunos por otras razones.
Al parecer eso de dejar huella no es muy del gusto del republicano, ya que también su administración ha dejado de hacer públicos los registros de visitantes de la Casa Blanca. La demanda presentada por CREW y el Archivo de Seguridad Nacional (NSA), también exige que dicho registro vuelva a hacerse público.