Quienes hayan visto con qué descaro se venden bebidas alcohólicas en algunos tianguis de la Ciudad de México, creerán exagerada la decisión que tomaron las autoridades checas, sin embargo en el país europeo el miedo a consumir bebidas contaminadas es nuevo… o eso parece.
La muerte de 19 personas por intoxicación etílica ha hecho que el gobierno de República Checa prohíba la venta de toda bebida que contenga más de 20% de alcohol, algo que no le ha gustado a muchos de los habitantes de aquel país, ya que echarse su buen pegue forma parte de la rutina. De hecho República Checa es considerado por la Organización Mundial de la Salud como el segundo país que más consume alcohol en el mundo.
De acuerdo al ministro de salud checo, Leos Heger, prohibir el consumo de bebidas etílicas es una acción sin precedentes, la cual está afectando principalmente a bares y restaurantes… y obviamente a muchos parroquianos.
Las bebidas que han provocado esta desgracia etílica se presume llegaron a República Checa de contrabando, y no es poco lo que provocan a todo aquel que las ha consumido: además de los muertos, algunos de los 30 hospitalizados han perdido la vista y otros más han sido inducidos a estado de coma.
Aunque se ha confirmado que es metanol la sustancia con la que las bebidas fueron adulteradas, aun las autoridades no saben si los licores distribuidos de forma ilegal han sido mezclados o si las personas han estado bebiendo metanol puro en botellas con etiquetas falsas.
El veto a las bebidas alcohólicas podría durar semanas, mientras tanto el gobierno de Noruega donó un antídoto llamado fomepizol, con el cual si las víctimas son atendidas a tiempo, tienen bastantes probabilidades de sobrevivir.