El planeta está entrándole con ganas a la iniciativa de dejar los popotes fuera del consumo diario. Starbucks ya los empezó a jubilar de sus cafeterías, las aerolíneas del mundo también y hasta el Boing! de triangulito nunca será igual en beneficio del medio ambiente. La cosa es que a veces siguen siendo necesarios, pero nada mejor que el ingenio de los bares mexicanos para encontrar la solución: cambiar los popotes por carrizo.
En los bares de la capital de Oaxaca se crearon los popotes Chika Tiki, reutilizables y de la caña silvestre tan común en las zonas rurales mexicanas.
Al momento, los popotes —que cuestan 75 pesos la docena— solo se consiguen en una tienda de diseño, en una mezcalería y en un bar de Oaxaca City. Sin embargo, tienen planeados seguirlos ofertando entre los empresarios restauranteros de su ciudad, para después llevarlos a otras partes del país como la CDMX y Cabo San Lucas.
En Oaxaca, sustituyen popotes de plástico por carrizos https://t.co/hAAbuF7jaN pic.twitter.com/ZKHdpqOVtl
— La Jornada Impresa (@LaJornada) 17 de julio de 2018
Además de la ayudadota al medio ambiente, los popotes de carrizo también son una salvación para el bolsillo de los empresarios. Si los otros popotes tenían una vida de 10 minutos —si traías sed, mucho menos—, los popotes de carrizo duran casi 6 meses antes de que sea necesario cambiarlos.
Vale la pena aclarar que si le entras a tu trago con un popote de carrizo no te vas a andar atragantando con pequeñas fibras o restos de la planta, porque una vez que está procesado el carrizo, se limpia el interior, se pule el exterior y luego le dan una desinfectada a todos los popotes. ¡Listo!
La idea se le ocurrió a una barman de nacionalidad estadounidense que vive y trabaja en Oaxaca. Su nombre es Aline Hunziker y creó los popotes de carrizo después de que en su bar estuvieran buscando alternativas a los popotes plásticos y ninguno convenciera a la administración. En un inicio, utilizó el carrizo que había cerca de su casa; ahora, trabaja en conjunto con dos productores locales —uno de Rojas de Cuauhtémoc y otro de Santa Cruz Papalutla—, para hacer conseguir su materia prima.
*Con información de La Jornada