Quienes siguieron el deprimente espectáculo que fue el no arresto del diputado suplente, Enrique Antonio Tarín García, todo el tiempo se preguntaban: “¿y por qué fregados no entran los polis a la Cámara y lo sacan de las greñas?”… digo, como seguramente harían con cualquier otro fulano, en caso de que éste infantilmente se escondiera dentro de una casa. Pues bueno, hasta ahora tenemos la respuesta. Y la da la mismísima presidente de la Mesa Directiva de la Cámara, la panista Guadalupe Murguía.
De acuerdo con la legisladora, los policías ministeriales no pudieron entrar al interior de la Cámara para cumplir con la orden de arresto contra Tarín porque “en ningún momento se presentó orden judicial, ninguna que solicitara cateo, presentación y ubicación de la persona”. Y así, nomás abrirles la puesta a extraños, pues como que no.
¿Entonces ella, como mandamás de la Cámara, no sabía qué hacían policías afuera del inmueble? Claro que sí. Según relata la panista, la Fiscalía de Chihuahua pidió que se les permitiera el ingreso a sus elementos para apañar al ahora exfuncionario ¿en fuga?, pero como nomás no enseñaron el papelito, no se les dio chance de entrar.
Con lo anterior, Guadalupe Murguía intenta defenderse de las críticas que se han hecho en su contra por ser una de las principales responsables de que el hombre, acusado de peculado y desvío de 300 millones de pesos del erario chihuahuense, pudiera atrincherarse más de 24 horas en San Lázaro para evitar enfrentarse a la justicia.
¿Cómo pasan a creer eso? Si hasta le pidió, de favorcito, que saliera a ver qué querían los polis. Así es, en más alegatos a su favor, la presidenta de la Mesa Directiva señaló que le pidió “en corto” que abandonará las instalaciones legislativas. Pero, como vimos, no le hizo mucho caso: “Una cosa es lo que se puede solicitar en corto y que se pueda conminar, incluso, a que se retire, y otra cosa es la acción legal que se puede tomar como presidenta de la Mesa Directiva ante hechos como este”, cita Proceso a la legisladora blanquiazul.
Según señala Jesusa Cervantes, del semanario político, sólo Murguía era la única que tenía la autoridad para permitir la entrada de la policía ministerial ya que –como bien se señaló durante las más de 24 patéticas horas en las que se podía ver a Tarín García paseándose por el recinto, en la espera de su amparo– la inviolabilidad de la Cámara impide la entrada de elementos policíacos.
Así que, en resumen, señala la legisladora, no hubo ningún tipo de complicidad. Bastaba “que se hubiera exhibido la orden judicial específica, es una situación que pudiera haber ocasionado y dado lugar a que se ejerciera esta atribución”, agrega Murguía. Ahora sí, como dicen, “si no hablan, Dios no los oye”.