El Metro de la Ciudad de México es siempre una aventura. Los empujones, arrimones, malas caras, fallas mecánicas, bocineros, vendedores ambulantes y carteristas son el pan de cada día. En sus instalaciones, uno casi casi tiene que cuidarse hasta de su propia sombra e ir abrazadito a sus pertenencias. Si hay un tipo de gente que pulula en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, estos son los gandallas. Los que se sientan en los asientos reservados para personas con alguna discapacidad, de la tercera edad, embarazadas o que cargan con un bebé en sus brazos; los que se apelmazan frente a las puertas del vagón y no se mueven; los que se suben al tren antes de que los otros usuarios bajen; los que no ceden el paso a la izquierda en las escaleras eléctricas y, sí, también los que se suben al vagón exclusivo para mujeres y niños menores de 12 años.

Hay que recordar que esta iniciativa nació con el propósito de evitar situaciones de acoso o abuso en el Metro y mucho se la pasan por el Arco del Triunfo.

Dicen que siempre hay alguien más loco que uno. En este caso se podría decir que siempre existe alguien más gandalla. La historia es esta: dos adultos y un menor de edad se subieron a uno de los vagones exclusivos para mujeres en un vehículo de la Línea 1 (rosa) con dirección a Observatorio. Una escena que se repite día con día, pues. Al descender en la estación Balderas, estos fueron abordados por tres policías bancarios del Metro, quienes les solicitaron un quinientón para no remitirlos ante un juez cívico por haberse subido al lugar destinado especialmente para mujeres y menores.

Para evitar ser detenidos, los jóvenes accedieron a pagar 400 de los 500 pesos que los polis les exigían originalmente. Después de recibir la marmaja, los elementos de la PBI escoltaron a los chicos a la salida de la estación; una vez allí, los usuarios solicitaron ayuda a un oficial que se encontraba en el área de torniquetes y al jefe de la estación.

De acuerdo con la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México, los tres elementos de la Policía Bancaria e Industrial fueron detenidos y puestos a disposición del Ministerio Público de Servidores Públicos. Si bien el delito de cohecho no es considerado como grave, si podría causar la inhabilitación de los policías. La PGJ solicitó acceso a los videos del Metro para validar las declaraciones ministeriales y el testimonio del jefe de la estación.

Foto: Twitter

Autoridades del Metro relataron al periódico Milenio que los hombres que son captados viajando en uno de los vagones exclusivos para mujeres y menores de 12 años no pueden ser sancionados económicamente. En caso de que una persona del sexo masculino sea sorprendida viajando en esas partes del tren, los policías tienen que pedirle que se baje. Si este no obedece y se pone agresivo, conforme al artículo 26 de la Ley de Cultura Cívica, apartado XI, los oficiales tienen la facultad de ponerlos a disposición de un juez cívico. La multa a pagar es de entre 21 y 30 veces la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México vigente o un arresto de 25 a 36 horas. La Unidad de Cuenta de la CDMX tiene un valor de 75.49 pesos, es decir, la sanción económica podría ascender a al menos mil 585 pesos.

Después de este trago amargo, estamos casi seguros que los usuarios que se subieron al vagón para mujeres los pensarán muy bien antes de volver a intentarlo. Y también muchos otros que suelen hacerlo. Por otro lado, esperamos que los policías del metro, quienes se supone que están encargados de nuestra seguridad, se vean exhibidos en este ejemplo y dejen de llevar a cabo estas prácticas corruptas.

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