La Comisión Nacional de Derechos Humanos presentó un informe donde confirma que sí hubo ejecuciones extrajudiciales durante el enfrentamiento entre la Policía Federal y supuestos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación en Tanhuato, Michoacán el 22 de mayo de 2015.

La organización expuso que durante el operativo realizado en el Rancho del Sol se violaron gravemente los derechos humanos, que derivaron en la muerte de 43 personas: 42 presuntos criminales y un policía.

Luis Raúl González, titular de la comisión, señaló que además de las ejecuciones hubo uso excesivo de la fuerza, manipulación de evidencias y tratos indignos a dos de los cuerpos. 22 de las 43 víctimas fueron ejecutadas de manera extrajudicial: 13 de ellas recibieron disparos cuando se encontraban de espaldas.

De acuerdo con los defensores de Derechos Humanos, las autoridades michoacanas cometieron varias irregularidades en la investigación del caso. La Procuraduría General de Michoacán realizó necropsias a los cuerpos de las víctimas, que de acuerdo con el informe presentan inconsistencias. La Policía Federal también torturó a civiles, les sembró armas y cartuchos, además de que los cuerpos fueron cambiados de lugar.

En total se determinaron varios tipos de violaciones a los derechos humanos, nueve de ellas atribuibles a la Policía Federal y dos a la Procuraduría de Michoacán, entre las que se encuentran tortura, trato cruel, ejecución, uso excesivo de la fuerza, manipulación de cadáveres además de quemar personas.

El informe especifica que de las 43 personas asesinadas, 40 fallecieron por disparo de arma de fuego, uno fue expuesto directamente al fuego mientras seguía con vida, otro más fue quemado vivo y uno más murió atropellado. Además, la recomendación señala que una veintena de los civiles muertos no portaban zapatos, camiseta o incluso pantalones, por lo que se infiere que en el momento del operativo estaban dormidos.

LA RESPUESTA OFICIAL

Más tarde, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) aceptó la recomendación que realizó la CNDH a través de un informe. No obstante, Renato Sales, titular de la dependencia, señaló que la Policía Federal actuó en respuesta a una denuncia ciudadana.

Según esta versión, los uniformados habrían solicitado a los presuntos criminales que depusieran las armas, a lo que los supuestos delincuentes respondieron con disparos. Como no les quedó de otra, tuvieron que hacer uso de la fuerza.

La investigación por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos regresa a la superficie un caso que parecía condenado al olvido y ayuda a esclarecer algunas de las situaciones que ocurrieron ese día en el municipio michoacano, aunque a la vez su informe nos dota de nuevas preguntas. 

El caso Tanhuato tiene escabrosas similitudes con la matanza suscitada en Tlatlaya, Estado de México, el 30 de junio de 2014 —un año antes del enfrentamiento en el Rancho del Sol— en el que murieron 22 presuntos criminales, con la salvedad de haber sido ejecutados por miembros del ejército en lugar de la policía.

En aquella ocasión, el reporte de la CNDH mostró los mismos patrones: escena del crimen alterada —probablemente para simular que los asesinatos habrían sido resultado del tiroteo—, ejecuciones arbitrarias y siembra de armas en los cadáveres.

LAS VERSIONES

Familiares de algunas personas que murieron ese día en la balacera denunciaron que mucha gente que estaba en el rancho eran campesinos originarios de Jalisco, y que algunos de los cadáveres mostraban huellas de haber sido golpeados… como ahora lo confirma el informe de la CNDH.

Incluso Monte Alejandro Rubido, entonces Comisionado Nacional de Seguridad, aceptó que no necesariamente todos los involucrados en la masacre pertenecían a la primera línea de fuego, ya que algunos miembros de las redes del crimen organizados tienen otras tareas, como cocinar.

La hermana de una de las víctimas de la matanza reconoció el cuerpo de su familiar a través del periódico. En sus declaraciones a la agencia AFP, declaró que cuando fue a recoger a su hermano, los policías comentaban que el enfrentamiento había sido como agarrar “pajaritos en su nido”.

El periodista Juan Pablo Becerra Acosta dilucidó en su columna del 28 de diciembre de 2015, una hipótesis sobre el motivo del enfrentamiento. Según su escrito, el CJNG había derribado —con un misil ruso— un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana en Jalisco.

Tres semanas después de ese ataque, policías federales ingresaron al rancho ubicado en el municipio fronterizo que separa a Jalisco y Michoacán, resultando en el asesinato de 42 presuntos integrantes del la agrupación delictiva y la muerte de un policía.

Becerra  Acosta señala que la balacera habría durado aproximadamente 3 horas. Y esboza que la principal motivación de la venganza en Tanhuato —en lugar de la denuncia ciudadana— habría sido la ejecución de cinco elementos de la Gendarmería y cuatro civiles unas semanas antes en Guadalajara.

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