Ahora sí, la policía china ha puesto a temblar a los delincuentes, y es que las autoridades han puesto en práctica toda la tecnología para desarrollar la red de cámaras de vigilancia más grande del mundo. Ni qué Big Brother, ni qué nada, 170 millones de cámaras de vídeo que vigilan a todo el país, mientras que el departamento policíaco desarrolló unos lentes de reconocimiento facial para identificar a malhechores y reincidentes.
El sistema consiste en que algún miembro de la fuerza policíaca oriental, pueda tomar una fotografía de cualquier sospechoso con las gafas, al instante la fotografía se envía a una base de datos que cotejará la imagen con la información obtenida de la foto en una base de datos, y en cuestión de segundos, recibirán la información personal del sospechoso, incluido el nombre y dirección de la persona, si es que se trata de un reincidente.
Esta nueva modalidad de vigilancia, ha despertado una gran controversia dentro y fuera de China. El país asiático, no es conocido precisamente por su dulzura, así que los expertos temen que este sistema sea un pretexto más para que el gobierno abuse de su poder, poniendo en la mira a toda aquella persona que no simpatice con los ideales gubernamentales.