Buzzfeed lanzó un video llamado «Si los roles de las mujeres en los comerciales fueran interpretados por hombres» en el cual tratan de burlarse de la manera en la que nuestros ojos consumen el cuerpo de la mujer y su objetivación en la publicidad de la comida.
El clip viral no ofrece respuestas al sexismo, pero sí plantean una pregunta:
«Ver a hombres haciendo esto es ridículo, así que ¿por qué no lo es cuando lo hacen las mujeres?»
Las segundas versiones nos muestran lo burdas y estúpidas que son, a veces, las situaciones de los comerciales (y cómo caemos ante los que nos muestran como natural… pero, en serio chicos, ¿quién se come una hamburguesa de esa manera?) y cómo la objetivación del cuerpo ayuda a que podamos consumir este tipo de situaciones tan ridículas.
La crítica hasta donde va es buena, pero…¿un hombre que haga esto, en verdad, no es sexy? fuera de lo estúpido que se vería. Algo que pasa mucho con los videos que tratan de problematizar el sexismo es que están hechos de una manera que replica el propio discurso sexista y entonces tenemos resultados que podrían confundirnos más de lo que estamos (y miren que ya estamos muy confundidos con esto del género).
Ryan Gosling entiende el género mejor que nosotros (hasta podría decirse que es un teórico queer ¡bendito sea!).
Si en el video de Buzzfeed hubiera salido Matt Boomer o el modelo tan querido de todas nuestras sopicuatas, Ricki Hall, tal vez habría muchas mujeres y hombres a los que les hubiera parecido sexy la segunda publicidad (por más ridícula que hubiera sido). Pero todos los actores hicieron una interpretación de una manera burda para mostrarnos una diferencia que tal vez no exista entre los roles (aunque sí nos muestra algo que hay en la retórica de la publicidad y el cuerpo).
Que a alguien no le parezca sexy que un hombre salga haciendo lo que pasa en el video podría deberse a que a esta persona, en particular, no le parecen sexys los hombres, pero esto no indica que los hombres en sí no lo puedan ser. La objetivación del cuerpo no es un proceso que podamos hacer exclusivamente a las mujeres, los hombres también pueden ser objetivados por las mujeres (eso es algo que nos han enseñado nuestras queridas lectoras del #MDL ) o por otros hombres, hasta pueden ser objetivados por los propios hombres heterosexuales, las portadas de Men’s Health o los cuerpos de los hombres de la película 300 son cuerpos masculinos objetivados por los hombres y que los ven solamente como masas musculosas que representan la virilidad (todos muestran actitudes que también nos pueden parecer absurdas o ridículas).
Las relaciones de poder siempre existirán, el problema no es que existan, sino que estas devengan en dinámicas de dominación ( como que las mujeres sean las únicas expuestas a estas situaciones estúpidas en los anuncios de comida) y que no podamos darnos cuenta de lo ridícula que es mucha de la publicidad (el problema siempre será normalizarlo, un video como el de Buzzfeed nos ayuda a sacar de contexto la dinámica de la publicidad y ponernos en una actitud crítica).
Pero bueno, si a algo nos ha ayudado a darnos cuenta la filósofa Judith Butler es que al final del día el problema nunca está en lo que nos muestran (ella está en contra de la censura), sino en la manera en que lo recibimos (y consumimos). La responsabilidad también está en el que escucha y la manera en que responde (si responde) y no sólo en el que habla.
El problema no es que el cuerpo de la mujer pueda ser objeto, sino que sólo pueda ser eso (o ser objeto o ser madre), pero claro que todo el tiempo podemos ser objetos de deseo (el problema es cuando nuestro cuerpo deviene mero objeto de consumo y no puede ser sujeto de deseo, sea el cuerpo de un hombre o el de una mujer o lo que sea).
Así que sí chicos, sí nos pueden parecer sexys estos videos, la cosa es la manera en la que, al final, se resuelve esa sensualidad en nosotros, si sólo nos hace querer consumir más o si produce otras cosas que los que hicieron los comerciales no hayan previsto.
Por último, este corto se llama Por la Calle y fue dirigido por Hugo Meyer, muestra otro cambio de roles (es el hombre al que le gritan cosas en la calle), lo único que anotaríamos es que en la vida real no son hombres guapos los que les gritan a las mujeres sino de todo tipo, hombres obesos, flacos, viejos, de todas las clases sociales.
@Filosofastrillo (o como lo conocen en las calles, el feminista anti feminazis…. y no, no sabría decirles en qué calles dicen cosas como esas)
