Recientemente académicos de la UNAM desarrollaron un índice de vulnerabilidad en México a nivel municipal ante el COVID-19. A través de un mapa se integran los principales aspectos demográficos, socioeconómicos y de salud de la población para determinar las zonas más vulnerables del país a la enfermedad.
Este índice clasifica cuatro grados de vulnerabilidad: medio, alto, muy alto y crítico.
De acuerdo con este análisis, el grado medio de vulnerabilidad se encuentra principalmente en los grandes centros urbanos que cuentan con la mayor infraestructura de salud y la mayor capacidad económica. En este sentido, el 63% de la población vive en municipios con vulnerabilidad media.
Del otro lado de la moneda, el 11.7% de la población nacional vive en municipios con un grado muy alto de vulnerabilidad: marginación arriba del promedio, porcentaje de población indígena por arriba del promedio, infraestructura de salud escasa y una tasa de hacinamiento considerable.
Hasta el momento la mayor cantidad de contagios se registran en municipios con medio grado de vulnerabilidad, mientras que en los críticos el contagio es menor o solo son casos sospechosos.
El estudio revela que la mayor vulnerabilidad se encuentra en los municipios más marginados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, además de la Huasteca Veracruzana y Poblana, al sur de Durango, la Sierra Tarahumara y en Yucatán.
¿Cuáles son las recomendaciones?
Debido a que los efectos en los municipios con vulnerabilidad muy alta o crítica serían mas graves, es necesario aumentar y mantener las medidas de prevención del contagio.
Además, es necesario un plan de protección económica específicamente para estos municipios que les permita resistir la contingencia y recuperarse posteriormente.